miércoles, 16 de junio de 2010

la pesadilla de Europa

Basta tener hambre para saber que la corrupción es más humana que la virtud, acercarse a la poesía para entender que la angustia es benéfica. Y siguiendo esta lógica, afirmo que en el hastío duerme una rebelión que tarde o temprano sacudirá a Europa.

En medio de sus perplejidades y sus apatías, Europa guarda, sin embargo, una convicción, sólo una, de la que por nada del mundo consentiría separarse, la de tener un porvenir de víctima, de sacrificada. Firme e intratable por una vez, se cree perdida, quiere estarlo y lo está.

Por otra parte ¿acaso no le han enseñado desde hace mucho que nuevas razas vendrían a reducirla y humillarla? En el momento en que parecía en pleno auge, en el siglo XVIII, el abate Galiani constataba ya que estaba en su declive y se lo anunciaba. Rousseau, por su parte, vaticinaba: «Los tártaros se convertirán en nuestros amos: esta revolución me parece infalible». Decía la verdad.

Por lo que respecta al siglo siguiente, es conocida la célebre frase de Napoleón sobre los cosacos y las angustias proféticas de Tocqueville, de Michelet o de Renán. Estos presentimientos han tomado cuerpo, estas intuiciones pertenecen ahora a las pertenencias de lo vulgar.

No se abdica de un día para otro: es precisa una atmósfera de retroceso cuidadosamente fomentada, una leyenda de derrota. Esta atmósfera está creada, como la leyenda.

Y lo mismo que los precolombinos, preparados y resignados a sufrir la invasión de los conquistadores lejanos, debían resquebrajarse cuando estos llegaron, igualmente los occidentales, demasiado instruidos, demasiado penetrados de su servidumbre futura, no emprenderán, sin duda, nada para conjurarla. No tendrían, por otra parte, ni los medios ni el deseo, ni la audacia.

Los cruzados, convertidos en jardineros, se han desvanecido de esa posteridad casera en la que ya no queda ninguna huella de nomadismo.

Pero la historia es nostálgica del espacio y horror del hogar, sueño vagabundo y necesidad de morir lejos..., pero la historia es precisamente lo que ya no vemos en torno nuestro.

Existe una sociedad que instiga al descubrimiento, a la invención de mitos, mentiras instigadoras de acciones: es ardor insatisfecho, entusiasmo mórbido que se transforma en sano en cuanto se fija en un objetivo pero existe otro que disociando al espíritu de sus poderes y a la vida de sus resortes, empobrece y reseca.

Hipóstasis caricaturesca del hastío, deshace los mitos o falsea su empleo. Una enfermedad, en resumen. Quien quiera conocer sus síntomas y su gravedad, se equivocaría en ir a buscarlos lejos: que se observe a sí mismo, que descubra hasta qué punto de Oeste éste le ha marcado ...

Si la fuerza es contagiosa, la debilidad no lo es menos: tiene sus atractivos; no es fácil resistírsele. Cuando los débiles son legión, os encantan os aplastan: ¿cómo luchar contra un continente de abúlicos? Dado que el mal de la voluntad es además agradable, uno se entrega a él gustoso. Nada más dulce que arrastrarse al margen de los acontecimientos; y nada más razonable.



La pesadilla de Europa

Si aspiro a una carrera metafísica, no puedo a ningún precio guardar mi identidad; debo liquidar hasta el menor residuo que me quede de ella; mas si, por el contrario, me aventuro en un papel histórico, la tarea que me incumbe es exasperar mis facultades hasta que estalle con ellas. Siempre se perece por el yo que se asume; llevar un nombre es reivindicar un modo exacto de hundimiento.

Pero, imperialistas en nombre de un sueño obtuso y de una ideología hostil a todos los valores surgidos en el Renacimiento, debían cumplir su misión al revés y echarlo a perder todo para siempre. Llamados a regir el continente, a darle una apariencia de ímpetu, aunque no fuera más que por unas cuantas generaciones (el siglo XX hubiera debido ser alemán, en el sentido en que el XVIII fue francés), se la arreglaron tan torpemente que apresuraron su desastre. No contentos de haberlo zarandeado y puesto patas arriba, se lo regalaron, además, a Rusia y América, pues es para éstas para quien supieron tan bien guerrear y hundirse.

De este modo, héroes por cuenta de otros, autores de un trágico zafarrancho, han fracasado en su tarea, en su verdadero papel. Después de haber meditado y elaborado los temas del mundo moderno, y producido a Hegel y Marx, hubiera sido su deber ponerse al servicio de una idea universal, no de una visión de tribu.

Y, sin embargo, esta misma visión, por grotesca que fuese, testimoniaba a su favor ¿acaso no revelaba que sólo ellos, en Occidente, conservaban algunos restos de barbarie, y que eran todavía capaces de un gran designio o de una vigorosa insania? Pero ahora sabemos que no tienen ya el deseo ni la capacidad de precipitarse hacia nuevas aventuras.

Que su orgullo, al haber perdido su lozanía, se debilita como ellos, y que, ganados a su vez por el encanto del abandono, aportarán su modesta contribución al fracaso general.

Tal cual es, Occidente no subsistirá indefinidamente: se prepara para su fin, no sin conocer un período de sorpresas ... Pensemos en lo que ocurrió entre los siglos V y X. Una crisis mucho más grave le espera; otro estilo se dibujará, se formarán pueblos nuevos. Por el momento, afrontemos el caos. La mayoría ya se resigna a él. Invocando la historia con la idea de sucumbir a ella, abdicando en nombre del futuro, sueñan, por necesidad de esperar contra sí mismos, con verse remozados, pisoteados, «salvados»... Un sentimiento semejante había llevado a la antigüedad a ese suicidio que era la promesa cristiana.

El intelectual fatigado resume las deformidades y los vicios de un mundo a la deriva. No actúa: padece; si se vuelve hacia la idea de tolerancia, no encuentra en ella el excitante que necesita. Es el terror quien se lo proporciona, lo mismo que las doctrinas de las que es desenlace. ¿Que él es la primera víctima? No se quejará. Sólo le seduce la fuerza que le tritura. Querer ser libre es querer ser uno mismo; pero él ya está harto de ser él mismo, de caminar en lo incierto.

«Ponedme las cadenas de la Ilusión», suspira, mientras dice adiós a las peregrinaciones del Conocimiento. Así se lanzará de cabeza en cualquier mitología que le asegure la protección y la paz del yugo.

Declinando el honor de asumir sus propias ansiedades, se comprometerá en empresas de las que obtendrá sensaciones que no sabría conseguir de sí mismo, de suerte que los excesos de su cansancio reforzarán las tiranías.


Iglesias, ideologías, policías, buscad su origen en el horror que alimenta por su propia lucidez mejor que en la estupidez de las masas. Este aborto se transforma, en nombre de una utopía de pacotilla, en enterrador del intelecto y, persuadido de hacer un trabajo útil, prostituye el «estupidizaos»1, divisa trágica de un solitario.


Seamos justos: en el punto en que están las cosas ¿qué otra cosa podría hacer? El encanto y la Originalidad de Europa residen en la acuidad de su espíritu crítico, en su escepticismo militante, agresivo; este escepticismo ha concluido su época. De este modo el intelectual, frustrado de sus dudas, se busca las compensaciones del dogma. Llegado a los confines del análisis, aterrado de la nada que allí descubre, vuelve sobre sus pasos e intenta agarrarse a la primera certidumbre que pasa;

pero le falta ingenuidad para adherirse a ella plenamente; a partir de entonces, fanático sin convicciones, ya no es más que un ideólogo, un pensador híbrido, como se encuentran en todos los períodos de transición.

Participando de dos estilos diferentes es, por la forma de su inteligencia, tributario de lo que desaparece, y, por las ideas que defiende, de lo que se perfila. A fin de comprenderle mejor, imaginémonos un San Agustín convertido a medias, flotando y zigzagueando, y que no hubiera tomado del cristianismo más que el odio al mundo antiguo. ¿Acaso no estamos en una época simétrica de la que vio nacer La Ciudad de Dios? Difícilmente puede concebirse libro más actual. Hoy como entonces, los espíritus necesitan una verdad sencilla, una respuesta que los libre de sus interrogantes, un evangelio, una tumba.

Sea cual sea el mundo futuro, los occidentales desempeñarán en él el papel de los graeculi en el imperio romano. Buscados y despreciados por el nuevo conquistador, no tendrán, para imponerse a él, más que los malabarismos de su inteligencia y el maquillaje de su pasado. Ya se distinguen en el arte de sobrevivir. Síntomas de acabamiento por doquiera: Alemania ha dado su medida en la música: ¿cómo creer que descollará en ella todavía?

Ha gastado los recursos de su profundidad, como Francia los de su elegancia.

Una y otra ‑y, con ellas, toda esa parte del mundo‑ están en quiebra, la más prestigiosa desde la antigüedad.

Vendrá después la liquidación: perspectiva no desdeñable, respiro cuya duración no se deja evaluar fácilmente, período de facilidad en el que cada uno, ante la liberación finalmente llegada, estará feliz de tener tras de sí las torturas de la esperanza y de la espera.
~


China

Las civilizaciones jadeantes se agotan más rápidamente que las que se acomodan en la eternidad.

China, dilatándose durante milenios en la flor de su vejez, propone el único ejemplo a seguir; sólo ella ha llegado también desde hace mucho a una sabiduría refinada, superior a la filosofía: el taoísmo supera todo lo que el espíritu ha concebido en el plano del desapego. Contamos por generaciones: es la maldición de las civilizaciones apenas seculares el haber perdido, en su cadencia precipitada, la conciencia intemporal.

Según toda evidencia estamos en el mundo para no hacer nada; pero, en lugar de arrastrar perezosamente nuestra podredumbre, exhalamos sudor y echamos los bofes en el aire fétido. La Historia entera está en estado de putrefacción; sus relentes se desplazan hacia el futuro: hacia allí corremos, aunque no sea sino por la fiebre inherente a toda descomposición.

Es demasiado tarde para que la humanidad se emancipe de la ilusión del acto, es sobre todo demasiado tarde para que se eleve a la santidad del ocio.)
~


Estos textos están basados en Cioran, el filósofo rumano francés.

jueves, 3 de junio de 2010

huracán financiero

jueves 3 de junio de 2010
huracán financiero

Huracán financiero
Lo que comenzó como una tormenta en las islas griegas va ganando intensidad y se ha convertido en un huracán de grado 4 y el ojo del huracán está en España. Nuestras primas de riesgo se encuentra en niveles de máxima tensión pero el problema transciende nuestras fronteras y nos enfrentamos a un nuevo episodio de estabilidad financiera que pone en riesgo la intensa recuperación de la economía mundial.

Nuestro diferencial del bono español ha vuelto a máximos y su CDS cotiza ya a niveles próximos a Irlanda. Pero el problema de España es la deuda privada, la mayoría canalizada a través de nuestro sistema bancario, y no sólo los diferenciales han vuelto a máximos sino que los mercados primarios de emisiones dificultan la refinanciación.

Pero fuera de nuestras fronteras la situación no es mucho mejor salvo en los mercados de deuda pública alemanes y estadounidenses. Los diferenciales de emisiones bancarias senior, o sea sólo con la garantía de la propia entidad, se aproximan a sus niveles de máxima tensión de 2009 y el índice bursátil bancario europeo ha caído lo mismo que el Ibex desde principio de año por lo que los inversores comienzan a descontar de nuevo una crisis sistémica. En mayo las empresas y bancos europeos tan sólo consiguieron emitir en los mercados 8.000 millones de euros en bonos el nivel más bajo desde que hay registro. Pero no ha sido mucho mejor fuera de Europa, las emisiones globales corporativas en mayo registraron su nivel más bajo desde octubre de 2008 tras la quiebra de Lehman.

Más preocupante es la situación de los mercados monetarios donde se refinancian las posiciones a corto plazo y que son la antesala de serios problemas. El mercado interbancario europeo era una entelequia pero desde marzo la tormenta ha destrozado el mercado de repos de deuda pública, segmentando su negociación por países provocando fuertes tensiones en los tipos de interés a corto plazo que ayudan a explicar el aumento de los diferenciales a largo plazo.

En EEUU la situación es similar. El saldo vivo del mercado de pagares se ha vuelto a situar en mínimos de octubre de 2008 tras la quiebra de Lehman, la mitad queel pasado diciembre y cuatro veces menos que en 2007. Las bolsas han encontrado soportes pero la volatilidad es elevadísima lo cual hace que la probabilidad de romper a la baja los mimos es elevada aunque también que se den la vuelta y repunten.

Pero el mejor nivel de aversión al riesgo de los inversores internacionales lo explica la curva de tipos de deuda pública en Alemania y EEUU. El Tesoro alemán puede emitir letras a un año a 0.3% y bonos a 4 años al 1%. Eso indica que los inversores han dejado de mirar el return on asset y sólo les preocupa el return of asset, o sea recuperar su dinero. En EEUU el Tío Sam puede emitir a un año al 0.4% y a dos años a 0.85%.

Estos son los mismos síntomas que tenía el enfermo en 2008 por lo que seguimos inmersos en una crisis de deflación de deuda cuyas implicaciones definió magistral Irving Fisher en 1933. La deflación de activos descapitaliza a la banca que se ve imposibilitada para atender la demanda de crédito y provoca un frenazo en seco de la economía real que de no atacarse con contundencia deriva en deflación generalizada.

Hace tiempo que aprendí que cuando alguien detecta un problema y no ofrece soluciones se convierte en parte del problema y a mí me aterra convertirme en un problema. A diferencia de 2008 ahora todos somos conscientes de las implicaciones del escenario descrito anteriormente y hemos perdido el miedo a intervenir acabando con el fantasma del laissez faire que tanta desgracia e infelicidad generó en 2008. También hay un Presidente en la Casa Blanca dialogante y que ha recuperado la credibilidad y el liderazgo para tomar decisiones coordinadas internacionalmente. Los bancos centrales han situado los tipos próximos a cero lo cual desincentiva mantenerte en liquidez. Por ejemplo los fonos de inversión internacionales no podrán aguantar mucho tiempo comprando deuda pública alemana ya que los intereses obtenidos no cubrirían ni lo que pagan los clientes por las comisiones gestión. Las ventanas de liquidez de la Fed y del BCE siguen abiertas lo cual evita problemas de colapso como el de Lehman. Ni en Grecia donde la tensión de la liquidez ha sido extrema durante cinco meses ningún banco heleno ha tenido el síndrome Lehman o Northen Rock.

No obstante, urge que los bancos centrales se salten la trampa de la liquidez bancaria y conseguir que el dinero vuelva a fluir por los mercados financieros. Aunque el aumento de la base monetaria ha sido espectacular, cada día los bancos estadounidenses devuelven a la Fed más de un billón de dólares y los europeos 300.000 millones de euros, por lo que aunque la sensación es que sobra liquidez la realidad es que está embalsada y no fluye con normalidad por los mercados de capitales y más preocupante para atender la demanda de crédito minorista. El margen de la Fed para ampliar su balance comprando activos es limitado por lo que es la hora del BCE que además ahora no puede hacerse el sueco ya que la tormenta se concentra en sus costas. El año pasado su programa de compra de cédulas hipotecarias funcionó muy bien y con muy poca munición, gastó 50.000 millones vs. el billón de dólares que empleo la Fed en compra de activos, y debe repetirlo. El BCE puede volver a comprar cédulas en el mercado primario y con ello animaría a muchas entidades a emitir, lo cual luego reactivaría el mercado secundario y animaría las bolsas, especialmente las acciones bancarias. Un dato para la esperanza que da una señal de lo rápido que convertir el huracán en una tormenta y volver a salir el sol. Entre ayer miércoles y hoy se ha emitido bonos en Europa casi por el mismo valor que en mayo y la mayoría ha sido de cédulas hipotecarias bancarias.

El programa de compra de deuda pública ha funcionado bien pero sólo han comprado bonos griegos y portugueses pero el BCE no se atreve con los mercados español e italiano. Los bancos centrales ya tienen bonos de deuda pública en su balance por lo que ahorrarían mucho esfuerzo entrando en el mercado de CDS a vender protección y le darían a los especuladores en su talón de Aquiles. En el consejo del BCE ya está Orphanides, uno de los economistas monetarios con más prestigio académico que les estará instruyendo sobre los riesgos de deflación, ahora necesitarían alguien que les de un curso rápido de CDS y sus implicaciones sobre la formación de precios en los mercados subyacentes. Aunque su problema es de riesgo moral y ese es más complicado de corregir.

La política fiscal no sólo ha agotado su margen sino que muchos países están en retirada. Por eso es fundamental que EEUU, China y Alemania retrasen la retirada de estímulos a 2011. Pero de nuevo la política financiera será clave en la intervención. La crisis sigue siendo bancaria y no se ha atacado el problema. Dos perlas de mi amigo Aristóbulo de Juan, uno de los expertos con más reconocimiento mundial en crisis bancarias que ha asesorado a gobiernos y bancos centrales de los cinco continentes. “Los agujeros de capital en la banca sólo se tapan con capital” y “cuando se dice que una crisis bancaria se ha resuelto sin coste para el contribuyente es que no se ha afrontado la crisis”.

Todos los indicadores siguen señalando a la banca como el problema y es necesario gastar el escaso margen que tiene la política fiscal para recapitalizar el sistema bancario. En 2008, los estados actuaron con la banca como un hijo prodigo pero ahora los mismos bancos han atacado a los estados en los mercados y estos últimos aplicarán el ojo por ojo con ellos. Ahora más que nunca debe funcionar la figurar de tutela de los bancos centrales sobre el sistema financiero que un liberalismo mal entendido hizo casi desparecer. En 2008 se protegió a los depositantes y a los bonistas pero ahora es altamente probable que no sea posible proteger a estos últimos y tengan que asumir minusvalías en sus carteras. El nivel de endeudamiento y de apalancamiento financiero sigue siendo superior al que la economía real puede soportar y es necesario que el reparto de las pérdidas sea ajustado al riesgo asumido. El mayor problema está en EEUU ya que además de recapitalizar su sistema bancario, las entidades tienen que cambiar su modelo de negocio y sustituir los ingresos por banca de inversión que caerán estrepitosamente con la nueva regulación. En Europa las miradas se tornan a Alemania cuyo sistema bancario tiene capitalización débil desde 2001. Merkel debería aprovechar la oportunidad que le dan los inversores para emitir deuda a largo plazo y meter capital suficiente en sus entidades para sacar a su país del racionamiento de crédito al que lleva sometido durante una década.

España se enfrenta sin duda al escenario más complejo, con escaso margen de maniobra de política económica por lo que debemos ser extremadamente eficientes y eficaces con nuestras decisiones. Seguimos siendo una economía pequeña aunque integrada en una gran área. Por eso debemos sobrerreaccionar en la puesta en escena siendo más papistas que el papa para recuperar la confianza de los inversores internacionales que en el mejor de los escenarios tardará en volver. La política monetaria está transferida, la fiscal obligada a reducir el déficit y nos la jugamos en la financiera.

Tras el recorte de gasto público es necesario acometer la reestructuración de nuestro sector público. En los años de bonanza nuestra administración crecía desordenadamente al amparo de unos ingresos transitorios derivados del boom residencial y ahora urge aumentar la eficiencia en el gasto, evitar duplicidades entre administraciones y gastos superfluos de asesores y coches oficiales. El problema es que alcaldes y presidentes de comunidades autónomas también tendrán que eliminar gastos y servicios públicos, algo que han estado retrasando para no asumir el coste político pero la restricción financiera y la falta de liquidez eliminaran las restricciones políticas y forzarán a acometer los recortes.

El Presidente ya ha puesto fecha a la reforma laboral y debe cumplir estrictamente. Después es altamente probable una huelga general y esperemos que no demos el mismo espectáculo que dio el gobierno de Aznar en 2002, en el que estaban Rajoy y Montoro, que después de asumir el coste político de la huelga dieron marcha atrás dejando que la reforma durmiera el sueño de los justos.

En la reestructuración de nuestro sistema bancario, la realidad ha demostrado que las tesis del Banco de España de acometer primero la reestructuración del sector que la recapitalización ha sido un grave error ya que nuestras entidades, especialmente las cajas de ahorros están estigmatizadas en los mercados de capitales. Hemos utilizado un camino sui generis con los SIP para acometer el exceso de capacidad instalada por lo que la tutela del Banco de España sobre los procesos de consolidación y reestructuración será clave, no sólo para garantizar la devolución de las ayudas públicas sino para recuperar la confianza de los inversores internacionales y para que cuanto antes nuestro sistema bancario disponga de capital suficiente para atender con normalidad la demanda de crédito. Además, tras la apelación al FROB es necesario que el Banco de España haga público un análisis de estrés entidad por entidad para que los inversores sean conscientes del nivel de capitalización de cada una. Contra la incertidumbre, la mejor medicina es la transparencia.

Como no me canso de contar, las dinámicas de huracanes financieros son impredecibles tanto en su aparición, duración, intensidad y trayectoria. Si se toman las medidas adecuadas el huracán puede amainar pero aún así habrá dejado destrozos sobre la economía real que habrá que reparar, especialmente en nuestra querida España. De momento, la tensión financiera retrasa el horizonte de recuperación de nuestra economía y el riesgo de recaída aumenta aunque sigue sin ser el escenario más probable.

La crisis viene precedida por un problema de sobreendeudamiento y en el caso español es privado. Eso implica que en el mejor de los escenarios las economías pueden crecer pero bajo la necesidad de muchos de sus agentes de reducir su endeudamiento por lo que el crecimiento potencial será inferior al del ciclo anterior durante al menos tres años y con mayor volatilidad cíclica ya que la tensión en los mercados tardará en desparecer.


Jose Carlos Díez
Publicado por Ishtar Sylphide en 21:11 0 comentarios Enlaces a esta entrada


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