martes, 10 de agosto de 2010

Trilema de Münchhausen

Trilema de Münchhausen
El trilema de Münchhausen, también llamado trilema de Agripa, es un ataque a la posibilidad de lograr una justificación última para cualquier proposición, incluso en las ciencias formales como la matemática y la lógica. Un trilema es un problema que admite sólo tres soluciones, todas las cuales parecen inaceptables. El argumento corre así: cualquiera sea la manera en que justifiquemos una proposición, si lo que se quiere es certeza absoluta, siempre será necesario justificar los medios de la justificación, y luego los medios de esta nueva justificación, etc. Esta simple observación nos condena sin escape a una de las siguientes tres alternativas (los tres cuernos del trilema):
Una regresión infinita: A se justifica por B, B se justifica por C, C se justifica por D, etc. (regressus ad infinitum).
Un círculo lógico: A se justifica por B, B se justifica por C, y C se justifica por A (petitio principii).
Un corte arbitrario en el razonamiento: A se justifica por B, B se justifica por C, y C no se justifica. Esta última proposición puede presentarse como autoevidente, de sentido común o como un principio fundamental (postulado o axioma) de la razón; pero aun así representaría una suspensión arbitraria del principio de razón suficiente, que acaso podría soslayarse afirmando que C se justifica por C (causa sui).
Desde el punto de vista de la metalógica, resulta interesante comparar '1' y '3' con el primer y el segundo Teorema de incompletitud de Gödel, respectivamente.

Te quiero pero no estoy enamorado de ti, por Elsa Punset







Elsa Punset.



La fase de la limerencia:






La fase de la limerencia es esta fase intrusiva, obsesiva -palabra que inventó la psicóloga Dorothy Tennov- que es esta fase que se da en todas las culturas, por lo menos han investigado hasta 37 culturas del mundo donde se dan esos síntomas, y que son sentimientos intrusivos, tú conoces a alguien y piensas todo el rato en él o ella. Si no sabes qué te pasa, tienes casi un dolor físico, tienes la sensación de que te duele, la incertidumbre.
Aquí el enamoramiento en cambio es recíproco, pues a rato te puede parecer que caminas sobre el aire, que caminas feliz, que estás en un estado zen, todos hemos pasado por ahí, sólo te interesa esa persona, tienes miedo a que la persona que quieres, te rechace. Yo creo que te vuelves inseguro en esta fase de limerencia.
Otro síntoma típico es que todo te parece poco importante. Es decir, comparado con eso, lo otro tienes que atenderlo pero no te interesa mucho. Te fijas sólo en lo bueno de la persona amada. Esto es otro síntoma típico de la limerencia. Y tienes esta sensación de la que hablabas al principio de que la vida merece la pena ser vivida, que este amor que sientes hace que merezca la pena todos los esfuerzos.
Y que no vale la pena que alguien te diga esta persona no te conviene, te da igual, es una única obsesión.
El libro se llama: “Te quiero pero no estoy enamorado de ti”. Exactamente, la enfermedad de las parejas modernas, te quiero pero no estoy enamorada de ti.
El enamoramiento está relacionado con el amor, con el sexo, porque claro querer a una persona, tú puedes querer a un amigo o sentir empatía por alguien que forma parte de tu entorno más habitual, pero enamorarte es otra historia.



Primero, vamos a ver cuáles son las cinco fases básicas de la limerencia para que sepamos qué nos pasa cuando estamos entrando ahí, porque esto te permite un poco de gestión emocional, cuando sabes qué te pasa. Es como alfabetizarte en esto del amor, que no te caiga encima como un rayo, porque si no es tremendo.



La primera fase: es cuando conoces a la persona y tú sabes cómo es esto, te mira a los ojos y de repente hay algo en el otro que te atrapa, puede haber una atracción sexual pero no tiene que ser inmediata, pero admiras al otro en lo físico de alguna manera.
Y entonces ahí es donde empezaría la segunda fase y empieza la limerencia.
E irónicamente en esta fase en la que alguien te está atrapando, tú te sientes libre y lleno de vida. Y lo que dicen los psicólogos es que ese es el último momento, la última oportunidad que tienes para dar la espalda a este sentimiento de limerencia, para no enamorarte. Si no das la espalda y sigues encantado mirando al otro, cristaliza esta fase de limerencia.
Y si el otro te corresponde pues sientes euforia.
Es como la canción de West side story, la canción que canta María de “yo soy bonita”, “I'm so pretty, so pretty and cool”. Pues eso, ahí cristaliza la limerencia, esto es un síntoma clarísimo.
Luego si no hay obstáculos tú te vas involucrando cada vez más, y más y en ese punto ya no hay marcha atrás. Y curiosamente te empiezas a sentir menos bien contigo mismo, empieza la sensación de que a lo mejor no eres suficiente para esta persona, tan deseable, Y aquí empiezas a comprar ropa nueva, te cortas el pelo, intentas ser más deseable como sea, y te pasas el día pensando en el otro y la verdad es que hay personas que si no le corresponde el otro, llegan a deprimirse y hay estadísticas tremendas. Y hay porcentajes muy altos de personas con grandes depresiones a raíz de estos amores no correspondidos.
La verdad es que las personas en esta fase prefieren sus fantasías en vez de otra cosa, lo cual es muy incómodo para la vida diaria.
La pregunta que me hacías antes: bueno ¿esto dura?
Las investigaciones que decía han hecho, dicen que existe en todas las culturas y que dura o es difícil que se vaya antes de 6 meses, que normalmente te dura entre 18 meses y 3 años, esta fase de atracción intensa.
Entonces ¿desaparece del todo? Pues, la parte obsesiva de la limerencia, sí que desaparece, pero esa alegría intensa de estar con el otro, eso lo ves cuando en una pareja estable resurge y a menudo resurge despues de una situación estresante como una separación o durante una reconciliación -me estoy acordando, de una frase de Stendhal, el escritor francés, que decía que los placeres del amor están en proporción al miedo que provoca-, entonces es un poco esto.
Mi experiencia es que es algo que no es una línea que cruzas porque quieras o no quieras, sino que es algo que te cae, que te toca, pero a lo mejor no es lo mismo para todo el mundo, hay personas que son muy cerebrales, muy retractivas, nunca cortan directamente, yo decía que en las primeras fases estás a tiempo de cortar la limerencia, la fase de contacto, en que te emociona alguien, tú estás a tiempo de dar marcha atrás y marcharte, pero luego hay un punto en que ya es muy difícil.
Aquí lo que nos dice Marshall de la limerencia, es que es un estado normal, es un estado que como te decía no dura más de 3 años normalmente, pero que lo malo es que las personas se castigan cuando su relación pasa a otra fase, se transforma en lo que él llama el vínculo amoroso o el apego amoroso, y durante esta fase de vínculo amoroso, que sería la segunda fase, cuando ya pasa la parte obsesiva del amor, claro tú te vuelves más práctico, por ejemplo, aceptas las debilidades de la pareja, dejas de pensar todo el rato en tu pareja-, la vida recupera como su horizonte, no sólo está tu pareja, hay más cosas, y tienes que aprender a llevarlo todo a la par.
Lo normal es que nos enamoremos a la par, a la vez, y por eso inicias una relación con alguien, porque el otro también está enamorado de ti, pero es verdad que oyes que uno dice que estaba más enamorado del otro cuando se asó, cuando se fue a vivir con él, yo creo que es una cosa que tenemos que tener en cuenta, que las emociones son fluidas; los humanos siempre estamos intentando atrapar la emoción y hacer de ello algo estático, y qu eno se mueva de donde lo hemos colocado y me temo que no es así, es decir, que es fluido y tienes que alimentarlo.
Y cuando hablamos del apego amoroso que sería la segunda fase, después de la fase obsesiva del enamoramiento, entraría la fase del apego amoroso. Yo creo que ahí es donde muchas parejas vuelven a la vida diaria, a todos los problemas, a la tiranía de lo urgente, y se olvidan de alimentarlo.
Y hay algunas ideas para alimentar el apego amoroso en la pareja, para que no muera.
Es muy importante escuchar al otro con toda tu atención porque tú sabes que cuando llevas mucho tiempo viviendo con alguien, ya sabes lo que te va a decir en general o te parece que lo sabes y le escuchas a veces con los oídos medio atento o medio no.
Bueno, pues dice que escuchar al otro, que el otro sienta que le escuchas es muy importante. Compratir cosas que has sentido, cosas que te han pasado. Compartir tu vida diaria con él.
Tener generosidad con tu tiempo, hacer cosas por el otro, no dejar de hacer cosas, ir a buscarle, hacer algo que al otro no le gusta hacer.
Muy importante para mantener el apego amoroso vivo es el contacto físico, de hecho Marshall dice que es uno de los elementos más importantes, que no tiene que ser siempre un contacto sexual -una mirada o un café puede ser- pero tiene que ser algo físico.
Luego, ser capaz de apoyar a la pareja en las cosas que hace, todas estas cosas son muy evidentes, también el tener sentido del humor, esos pequeños gestos que hace el uno para el otro -preocuparte de la suegra un domingo porque no te quiere nada, porque el otro tiene que hacer un exámen es otra cosa- son gestos que demuestran que realmente te importa esa persona.
En realidad la mayor parte de las parejas que yo conozco lo hacen pero muy a menudo dejan de hacerlo en las épocas en las que están muy estresados o en las que hay otras cosas que te parecen más importantes, el otro ya sabe que le quieres, que estás cansado, hay mil razones.
Y cuando eso pasa, el apego amoroso se convierte en un afecto, afecto sencillo, pero que eso no es lo que necesita una pareja, que la pareja no puede vivir solamente de afecto, que el afecto sería el sentimiento que tienes por un amigo, incluso por unos hijos, en un nivel más profundo, por unos hijos, pero es un amor que está ahí, no es un amor condicionado por nada y no necesita alimento, dura para siempre.
Pues hay determinadas personas y las quieres nada más, te da igual que hagan ruido al tomar el té y el café, hay cosas que en la pareja te molestan y en los amigos no, es esta diferencia entre el apego amoroso y el afecto.
Hoy el Delegado de igualdad de género, el sr. Lorente, ha dicho que uno de cada tres adolescentes es potencialmente un maltratador o puede estar en riesgo de ser un maltratador.
Un 5% de chicas de 17 años han sufrido algún tipo de violencia de género, una cifra altísima, un 18'9%, una de cada 5 mujeres o chicas además podría ser maltratada en un futuro porque justifica el sexismo y la agresión como forma de enfrentarse a conflictos.
Es lo que han aprendido en sus casas, ten en cuenta. Hoy hemos sabido que ha muerto una mujer al precipitarse de un 6º piso al discutir con su marido o su ex pareja. Las denuncias por violencia de género han aumentado un 9%, algunos dicen que la prevención en las escuela funciona.
Chicas muy jóvenes cerca de casa uqe toleran actitudes inaceptables, estas chicas jóvenes han aprendido estas actitudes en su entorno y en su casa.
Una de las razones por las cuales yo defiendo con pasión que es en la escuelas donde deberíamos estar educando a los niños y a los jóvenes realmente en educación emocional y social, que es esto, pero en realidad, por ejemplo, en lo afectivo le damos educación sexual, pero es algo muy frío, muy higiénico, no les estamos dando educación afectiva que es esto de lo que te estoy hablando, por ejemplo, en el que explicas a las personas qué sentimientos las habitan, qué puedes hacer con estos sentimientos, cómo lo pueden gestionar. Y esto ¿por qué no lo enseñamos en las escuelas?, ¿por qué no enseñamos formas de resolver conflictos de forma creativa, de forma comunicativa, formas de expresar la ira y creo que una de las respuestas más eficaces a lo que estás comentando está en las escuelas, en prevenir este tipo de comportamientos, porque es evidente que no todo el mundo tiene la suerte de vivir en entornos donde aprenden las cosas.
Y además muchas de estas cosas hay que aprenderlas de forma consciente, no son naturales, sólo son naturales si las has visto pero si no las has visto, no se te ocurre cómo hacerlas, no se te ocurre cómo construir una relación bonita y respetuosa.
Estos chicos que soportan malos tratos, que tienen miedo a estar solo, lo soportan porque no saben, no tienen una alternativa, probablemente estan rodeados de gente que está acostumbrada a tratar así a los demás y no tienen “modelos”.
Los humanos aprendemos con modelos, no aprendemos con lo que nos dicen, sino con lo que vemos y aprendemos desde que somos muy pequeños, con lo cual yo espero en que logremos enseñar a las personas, darles modelos y que esto sea mucho menos frecuente.
Cuando alguien dice te quiero pero no estoy enamorado de ti, probablemente se reifere a que ha dejado que este vínculo amoroso que tiene que alimentar se transforme en un afecto sencillo y plano.
Y ¿lo mejor es separarse cando te dicen eso o coger otros caminos?
Bueno, se dan ejercicios para recobrar un sentimiento de limerencia.
Yo creo que todo se puede trabajar, si hay un amor real, todo se trabaja, y si lo que has hecho, has dejado morir un sentimiento, tú puedes volver a renovarlo, si este sentimiento existe.
Una de las cosas que dice es que es muy importante el contacto con los ojos, entre tres o cuatro semanas él dice que las parejas tardan en notar un cambio, que esto no es inmediato.
Básicamente dice este psicólogo que el econtacto con los ojos es muy importante, las parejas de enamorados pasan más o menos el 75 % de su tiempo mirándose a los ojos- y es muy importante, entonces hay que intentar hablar al otro haciendo este contacto con los ojos. Mecanismo que nos recuerda que el otro existe, que es deseable.
Y luego nos dice también que es muy importante, es forzarse en hacer conexiones.
Tú cuando estás enamorado de alguien, de alguna forma todo lo relacionas con esa persona, si ves algo estás pensando en cómo se lo vas a contar, qué cosas le gustan, te esferzas por rodearte de lo que al otro le interesa. El dice que es muy necesario hacer esto, es decir, hablar, buscar cosas que interesan a tu pareja, que le conecten contigo, que puede ser masajear su pies mientras mira la tele, pero estar siempre en contacto de alguna forma. Hacer un esfuerzo, ponerle un baño, enviarle un e-mail.
El tacto es muy importante, a veces es mucho más erótico, no hay recetas, lo malo es que siempre nos colocamos recetas. El tacto es un tema de abanico inmenso y hay que utilizar todo ese abanico.
Entonces, tacto, contacto físico, mirar al otro a los ojos, y conectarte de mil maneras con el otro: eso ayuda a reavivar ese primer sentimiento de euforia, de amor o enamoramiento y merece la pena.



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Elsa Punset



El amor es un verbo.-



Las parejas inventan historias.



Vivir es un riesgo y claro no pedimos lo que queremos, lo que necesitamos. Ponerte de acuerdo para repetir de forma sistemática las cosas que te gustan, escucharme 15 minutos, todas las noches antes de irte a dormir, tienes que pedir cosas sensatas. Esas que supone un pequeño esfuerzo para el otro pero que puede hacer. Por ejemplo, quiero que me abraces todas las noches antes de volver del trabajo.
No ya, al final todo el mundo acaba solo, tenemos que descubrir por qué está todo el mundo acabando solo.
Porque no somos realistas, yo creo, con las relaciones. Es mejor reconocer que la convivencia es muy dura, que las rutinas pueden ser desgastantes, que la vida diaria te invade con un montón de pequeñas obligaciones y te olvidas de mostrar cariño al otro.
Esto es una forma de recordar al otro las cosas que para ti son importantes. Centrarte en acciones, en palabras específicas, en expresiones faciales, en tonos de voz y simplemente le estás recordando que eso es lo que tú necesitas.
Estás evitando leer la mente del otro, porque no somos buenos adivinando intenciones.
No es bueno pensar no me abraza porque no me quiere, a lo mejor te quiere pero lo ha ido dejando correr y se ha vuelto un poco vago, se ha vuelto así y no se da cuenta hasta qué punto lo necesitas. Y no estás pidiendo cosas concretas, y en vez de esto te dedicas a denunciar comportamientos que te molestan o te hieren, pero vale la pena intentarlo.
Decirle, yo quisiera que tú hagas esto durante un tiempo, ¿estás de acuerdo? Sí, vale.
Otra cosa que recomiendan, es no recurrir al pasado, centrarse en el presente.
Las mujeres tienen facilidad para unir redes de recuerdos, cuando algo nos hiere -cuando nos da alegría también- en este caso hablamos de crisis, tendemos a recordar 50.000 cosas que ocurrieron, y se las soltamos a la pareja generalmente todas de golpe en ese momento.
Eso resulta muy desconcertante, durante las peleas.
Una cosa que recomienda es: centrarse en el presente.
Y otra cosa muy sencilla, elogiar al otro cuando le pillas de vez en cuando haciendo algo bien; no, pues no elogiamos mucho. Porque ayuda para que el otro se entere de lo que te gusta y que también se sienta bien. Escribir un email, llamarlo, no seas rata con los elogios, regala cariño y afectividad cuando puedas, aunque él se esté esforzando poquito pero dalo ya por bueno. Eso ayuda a que las cosas mejoren.
Ellos dicen que hay que cambiar los patrones, caemos en rutinas muy fácilmente y hay que impedir que las costumbres se conviertan en rutinas ellos recomiendan. Utilizar el sentido del humor de una forma deliberada, incluso hacer bromas a la pareja, para romper rutinas.
Lo peor en las parejas, yo creo, es cuando dejas de reírte con el otro. Cuando pierdes esa complicidad, ellos dicen que para romper los automatismos, es muy bueno de vez en cuando cambiar los entornos.
No siempre hacer lo mismo en los mismos lugares, hacer un esfuerzo, porque el entorno no sea siempre el mismo porque resulta aburrido.
Dice que nos fijemos en cómo tratamos a los amigos, porque esto nos puede dar pistas, que podemos luego aplicar a las parejas. Ellos dicen que muy a menudo no haríamos con estos amigos cosas que hacemos con las parejas, eso que dicen que donde hay confianza da asco.
Hacemos cosas distintas con ellos, pues que ese tipo de comportamiento habría que aplicarlo a la pareja, pero introducir patrones que antes funcionaban en la pareja, ciertas celebraciones, gestos de complicidad que a lo mejor los hemos ido dejando caer, y ellos dicen tienes que cambiar de comportamiento hasta que consigas un resultado. No te canses de intentarlo.
Eso es lo que va a conseguir que algo cambie, no quejarte, no predicar, sino realmente cambiar el comportamiento, romper los patrones negativos hasta que algo cambie.
Ellos (Path Hatson y Billy O'Hallen) también dicen que tenemos que aprender a aguantar en pareja -esto me parece muy bonito- si realmente alguien te importa, una relación duradera necesita un compromiso largo y duradero y a lo mejor es algo a lo que estamos renunciando hoy en día.
Un compromiso donde uno se puede sentir cómodo, que no aguantar no quiere decir que uno pierda dignidad, independencia y orgullo.
Estamos hablando de una historia de amor recíproca, si no, no vale la pena considerarlo.
Lo que dicen es que no pienses al 50 % en pareja, responsabilízate al 100% sin esperar a que el otro haga su mitad, por lo menos, inténtalo, dicen ellos, cuando hay una crisis, porque a veces es difícil que los dos hagan ese esfuerzo a la vez.
En vez de hacer el amor, haz que el amor salga de ti, no necesitas que el otro te permita sentir o demostrar amor. Esto a lo mejor es un poco romántico como idea, pero yo creo que es muy bonita la idea. De que no necesitas que el otro te dé permiso para mostrar amor, que tú puedes mostrar amor aunque el otro realmente esté un poco cohibido en ese momento, un poco aparcado.
Katherine Hepburn decía de Spencer Tracy, que ella se sentía bien no porque él le quisiera, sino porque ella le quería.
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el amor es un verbo.
Las parejas se inventan historias, a veces negativas, que invalidan al otro, no es de fíar, historias que eliminan la posiblidad de que alguien cambie, etiquetamos, eres un diablo u no cambiarás nunca.
Hay que “describir” lo que pasa en la situación. No sólo analizar: aportar una solución. Abrir vías de comunicación y sugerir qué comportamiento quieres. No calificar, no atribuir etiquetas.
Durante el sexo debe hablarse, porque es un poco como rascarse la espalda, tienes que decir mas arriba o mas abajo.
Comunicación y hablarse: es básico, practicar lo que se llama la escucha activa, que te ayuda a comprender y a reconocer -que no significa aceptar- pero reconocer que tiene determinados sentimientos, por eso escuchas, no interrumpes, no acusas, no acumulas temas que no tienen que ver, no le dices que estás loco, sólo reflejas lo que dices. Te aseguras de que lo ha entendido, es un primer paso o destreza, de escucha activa, que se hace en gestión emocional.
Luego debes preguntar dos cosas, ¿cuando te has sentido incomprendido o malinterpretado qué fue lo que yo dije o yo hice? Y la segunda pregunta: ¿cuando te has sentido comprendido y apoyado, qué fue lo que yo dije o hice?



Es muy importante que comprendamos qué es lo que hacemos que molesta al otro o viceversa. Todo esto se intercambia, es una información.
Aquí son cosas muy prácticas, no teorizamos, tenemos comportamientos de alegrías o penas.
Goldman dice que el equilibrio entre coas negativas y positivas debe ser de 1 a 5 respectivamente, cada 5 cosas positivas se ve solo una negativa, para que las parejas puedan continuar adelante.
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Elsa Punset



Las raíces del éxtasis tribal:



En los primates los seres humanos compartimos muchas emociones básicas, siempre hemos intentado encontrar qué nos hacía distintos. Siempre le hemos negado el derecho a sentir como animales, muchas de las cosas que nosotros sentimos.
Como tenemos una corteza cerebral desarrollada, una capacidad de hablar, una capacidad sobre todo de prever, de imaginar.
Pues todo esto son capacidades del cerebro humano muy características, muy desarrolladas, pero las emociones básicas ellos las tienen. Ahora se está descubriendo incluso que las ratas sienten empatía, sienten el dolor de las demás ratas.
A veces no empatizamos con los demás, cortamos la empatía, porque es más fácil.
Ser vegetariano, creo que tienes razón, es justo lo que tú dices y crees, pero quiero que tomes la decisión cuando seas más consciente.
No siempre somos coherentes con todo lo que hacemos, que probablemente no está bien hecho, es que creo que es más honrado.
En vez de negar que los animales tengan emociones, porque es más cómodo.
Puede que seamos injustos, pero no seamos incoherentes, reconozcamos lo que hay.
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Las emociones son complicadas de vivir en la vida cotidiana. El poder de la “tribu” se basa en la implicación emocional que sienten los individuos a través de sus símbolos, los símbolos son importantísimos, porque de alguna manera unifican deseos y también fobias.
Es también la capacidad muy típica del ser humano, de pensar con metáforas, de pensar de forma poética, de reconocer a un símbolo un valor que tú le das, es decir, que tú le otorgas.
Una de las razones, es el tema de la meritocracia, gente que gana de forma limpia, son los mejores que juegan -olvidemos el contexto que rodea- es el trabajo bien hecho, el que se está premiando.
Y esa meritocracia por desgracia no la palpamos en todas las esferas sociales. Por ejemplo, en este país no tenemos la percepción de que la meritocracia ha llegado a la esfera política, no de forma clara y evidente.
Tal y como puede ser en el tema del deporte, donde realmente los mejores son los que llegan, los que más se esfuerzan. Y eso lo que crea es algo muy importante, crea unos “modelos sociales”.
Cuando los seres humanos admiramos lo que les da es un sentimiento muy bonito, que es lo que los psicólogos llaman la “elevación”, te sientes bien, te sientes orgulloso de pertenecer a la misma especie que esa persona que es capaz de hacer algo admirable.
Y luego los modelos sociales son muy importantes porque inspiran a los demás y abren el camino para que de alguna manera los demás le sigan y esto si te fijas da sentido a todas las dificultades que supone vivir juntos.
Vivimos juntos para protegernos los unos a los otros, para enseñarnos los unos a los otros y para inspirarnos. Entonces cuando vivimos en sociedades donde no nos enseñamos nada, donde estamos siempre a la defensiva, y donde no nos inspiramos los unos a los otros, llega un momento en que dices pues yo para eso me voy a una isla desierta y paso de todo, y no me molesto en soportar las inconveniencias de vivir.
Es que realmente para el humano el elemento más importante es la afectividad. Se ha mirado qué da felicidad a las personas, y es la afectividad -hay muchos estudios que lo demuestran aunque la gente no se lo termina de creer- por encima de tu trabajo, del dinero, de cualquier cosa, incluso de la salud. La afectividad, la gente que tiene amigos, la gente que tiene amor en su vida, esa gente generalmente es mucho más feliz, somos así, y los que no sienten esto, los que no tienen capacidad de empatía, los que no tienen capacidad de afectividad, son personas enfermas y son una minoría en la sociedad.
La mayor parte desea que pasen cosas buenas, por eso nos alegramos tanto también cuando hay una victoria, necesitamos vivir en lo positivo, los humanos, somos seres dotados para la alegría y para lo positivo.
Y a veces vivimos en entornos sociales que no nos ayuda a ello por estas prisas, la tiranía de lo urgente, y luego las dificultades también con el tema de la afectividad, la gente crece y se va rodeando de muros, nos dividimos como en edades, en grupos sociales, en familias muy cerradas, cada vez más cerradas. Vivimos en esas familias nucleares, muy cerradas, que se rompen, donde ponemos muchas expectativas sobre otra persona. Yo creo que la carga emocional no la tenemos suficientemente bien repartida, donde en el fondo cuesta hacer entrar alegrías nuevas en tu vida.
Y a veces con estas explosiones de emociones intensas -como la del futbol- que para que esa capacidad de fuerza, de energía, de alegría, los seres humanos las empleen, qué ha de pasar, no sólo para alegrarse por este tipo de victorias pero qué pasan y también estas emociones intensas, generalmente las volcamos en la pareja, en la afectividad, en las primeras etapas del amor.
Norberto Elías dice que en las sociedades modernas el deporte sirve para encauzar de forma pacífica las emociones tribales o ancestrales. Es esa válvula de escape que permite al ser humano desfogar la emoción a la tribu sin recurrir a la violencia.
Bienvenido sea, todo lo que no sea recurrir a la violencia y ojalá esta energía maravillosa la llevemos a otros ámbitos de la sociedad que necesita muchos cambios, ojalá no seamos pasivos en la forma de vivir.



viernes, 6 de agosto de 2010

Economía y ciencia

Sócrates se dio muy pronto cuenta no de que él había de morir sino que quién moría era la "razón" de estar enferma, o al borde un precipicio como también se nos dice aquí. A Sócrates no se dolerían prendas por discutir con Gorgias ni por darle la razón a Protágoras, e incluso hasta con los Sofistas llegó a alcanzar el júbilo de una época en que la razón podía aspirar a erigirse en guía de la actuación política de nuestros ciudadanos. Pero la enriquecedora diversidad que la razón había venido alimentando pasó a degenerar en una despiadada guerra de todos contra todos, dentro de la que la razón pronto perdió el papel de guía para tornarse en un instrumento al servicio del éxito. La razón no tiene desde luego esperanza, vendida al mejor postor, como se halla, confíemos en recuperar ese papel guía a través del servicio a un concepto de Ciudadanía que fue tan fecundo en la época en que nació la razón griega. Y yo creo que debiéramos comprometernos todos por alcanzar el fin de la ciudadanía, el único que parece realmente útil y definible también por una economía globalizada. No creo que se pueda hablar de economía, como se ha hecho, definiéndola como algo ajeno a la razón política; se debe de terminar con todos esos prejuicios. El error está en la economía basada en la Física y en las ciencias exactas, en vez de aquella economía que se basaba en la metáfora de la Biología, desde finales del siglo XV en que existían actividades económicas cualitativamente diferentes como portadoras del crecimiento económico. Estas teorías económicas emplean hechos observables, experiencias y lecciones extraídas de ellas como punto de partida para la teorización sobre la economía. Al reducir a números y símbolos lo que son las principales fuerzas impulsoras del capitalismo, simplemente se abandonaron. La menor resistencia a la matemática favorecía el avance de ciertas economías, y empobrecían sobre todo a los pobresy los débiles. Así es como la política se ha entendido entonces. En lugar de emplear el inglés o cualquier otra lengua, la comunicación se redujo cada vez más a la pura matemática, con lo que perdió elementos cualitativos clave: cuanto más “dura” era la ciencia, más “científica” se hacía. La economía se apartó de las ciencias sociales “blandas” como la sociología y ganó prestigio acercándose a ciencias más “duras” como la física. Sin embargo la misma Física ya desde 1930 había avanzado hacia modelos que le permitían corregir sobre modelos reales, es decir, la misma física avanzaba en contra de lo que decía la economía. Los economistas perdieron su capacidad de moverse entre los modelos teóricos y entre el mundo real y de corregir los modelos cuando contravenían el sentido común ordinario. Los países lejanos que carecían de poder político fueron las víctimas de esa evolución. Y eso parece España, y por eso nos duele más, parece un país lejano. Porque la política debería recuperar este sentido de lo común ordinario. Y en EEUU muchas veces los políticos no utilizaban la teoría económica cuando se trataba de sus intereses económcos, sino por eso abunda allí el pragmatismo; la teoría abstracta la usaban para los tratos con el extranjero. ~ Por tanto , vamos a poner a la Economía en su sitio y no la pongamos muy lejos de la Política por favor, para que arruinemos más la claridad de nuestra visión. Porque creemos que la economía es una ciencia pura y abstracta y no lo es, ni lo ha sido nunca. Ni lo será. Cito como otras veces a Reinert: "Aunque parezca sorprendente, en 1991 un comité de la Asociación Económica Americana señalaba el problema de que las universidades produzcan economistas “cultos pero idiotas”: Los programas de estudios (en Economía) pueden dar lugar a una generación de demasiados “idiots savants”, hábiles en las técnicas pero ignorantes de las cuestiones económicas reales”. Según el informe, en una “importante” universidad -de la que no se daba su nombre-, los licenciados no podían “adivinar por qué los salarios de los barberos habían ido aumentando con el tiempo”, pero podían “resolver un modelo de equilibrio general entre dos sectores con progreso técnico no incorporado en uno de ellos”." Desde el momento en que instrumentos de la economía, elementos como la capacidad e iniciativa empresarial, política gubernamental y la totalidad del sistema de escala y sinergias, resultaban imposibles de cuantificar y de reducir a números y símbolos, estábamos entonces perdidos. Y los economistas se lavan las manos y dicen que eso no es cuestión suya. Las únicas cosas cuantificables eran lo que Sombart consideraba simplemente factores auxiliares: capital, mercados y mano de obra. Yo creo que si no cambiamos esta visión de la economía vamos a ir para atrás, lamentablemente la lección recibida en España es un buen ejemplo de ello, de una mala política y una mala economía, la una sin la otra no pueden ir. Porque se nos dice que somos fuerte en la contención del déficit, pero despues nuestro modelo de productividad se vuelve a dudar sobre él. Aunque no por este economista observador, pero no nos dice la fórmula en la que se basa, y dónde está la política. La política práctica necesitó algún tiempo para ponerse al día con el desarrollo de la teoría, esperemos que no nos coja en el borde de ese precipicio. El economista observador dice: “Sólo hay una solución financiera a este puzle: reducir el gasto y sus necesidades de financiación. La pena es que esta decisión no haya surgido de un ejercicio de responsabilidad política y democrática, asumiendo las obligaciones que la Constitución les confiere. “ (…) “Cuando Obama saca la reforma sanitaria por un voto es un acontecimiento histórico, cuando Zapatero consigue aprobar el mayor recorte de gasto de nuestra Democracia el FT dice que está al borde del precipicio. C’est la vie. El problema es que yo de política, aunque observo, cada día entiendo menos por lo que es el escenario más incierto al que nos enfrentamos. “ -Yo creo que el gran problema es vivir, no es morir -como hizo Sócrates, aunque le honre- en medio de tantos de nuestros dolores, pues frente a ello es una banalidad la muerte; lo imposible es vivir y mortificarse al mismo tiempo, y eso parece que vamos a tener que aprender a partir de ahora, como diría Cioran: "buscar el secreto de esa mortificante imposibilidad, descifrar el misterio de la respiración y de las esperanzas." ~

la racionalidad científica

Racionalidad científica





El neopositivismo -o “empirismo lógico” , como también se le llamó- aspiraba así a hacer justicia tanto a la lógica como a las ciencias empíricas, superando la vieja contraposición entre racionalismo y empirismo que durante unos cuantos siglos había dividido a la teoría moderna de la ciencia.

Se trata como vemos de una concepción jorística de la lógica, pero una concepción jorística “al día” (khorismós, igual a división), concepción que a través de su énfasis en la conexión entre lógica y lenguaje -permitiría recuperar toda una tradición de larga antigüedad en la historia del pensamiento.

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tú que te mueves dentro de la ciencia eres dado a no expresarte o, como tú mismo dices, a no escribir mucho, porque pretendéis que os movéis sólo en el terreno de las leyes científicas y así sólo podéis formular juicios de verdad/falsedad.

Por lo pronto se tiene la creencia de que fuera del terreno de lo científico sólo nos movemos entre la persuasión y el convencimiento -en el mejor de los casos- y en el peor, entre un puro intuicionismo en ética y un emotivismo, que se mueve por corrientes de ideas de acuerdo con la fuerza de ciertas personas más influyentes.

Por lo que el relativismo ético es un hecho, cuanto si no la pura arbitrariedad, lo que puede redundar en una negación de la libertad o en un dogmatismo cuando queremos imponer como verdad dogmática algo de lo que sólo tenemos una intuición.

La escisión entre un mundo de los hechos y un mundo de valores es una cuestión que se abre con un naturalista como Hume e incluso que está presente en un intuicionista como Moore, pero es sobre todo Kant quien formula más claramente esta concepción, pues lo que él viene a poner en tela de juicio es que las cosas por el hecho de tener una explicación natural tengan que ser así y no puedan ser de otro modo.

Hume habló de la “empatía” frente a la simple “simpatheia” o espontaneidad, y estableció unos deberes que se interconexionen con nuestros sentimientos de acuerdo con el punto de vista del “observador imparcial”.

Aún así la formulación del imperativo categórico kantiano vino a suponer una concreción mayor de lo que podría ser la formulación de un principio de universalización.

Y desde la ética discursiva o de la racionalidad se estableció en unos nuevos parámetros de una lógica “pragmática”, no sólo sintáctica o semántica, sino desde la acción y desde el consenso: moral es actuar de acuerdo con una máxima que cada uno pueda querer sin contradicción alguna como ley universal, a lo que se añade también, y según una máxima que todos “de común acuerdo” puedan querer como universal.

    Las leyes de organización del trabajo están todavía determinadas por los hombres y responden más a valores culturales inconscientes que a los imperativos de la producción. Es una organización favorable a la mano de obra masculina que dispone de una mujer en su casa, sierva y guardiana de los hijos. Hasta hace muy poco era así, y ahora es lo mismo sólo que la mujer trabaja fuera de casa y dentro, pero redudante es lo mismo.

    Si se admite que toda persona tiene derecho al trabajo para satisfacer sus necesidades y su dignidad humana, ¿por qué una parte de la humanidad debe someterse a la voluntad de la otra en cuestiones relativas a la naturaleza de la producción? Así, fabricar armas, mantener o aumentar lacontaminación, recargar el mercado de cosas fútiles, son raramente resultados de decisiones reales por parte de mujeres.

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La racionalidad " científica " o las leyes científicas han estado separadas de la racionalidad del lenguaje o racionalidad argumentativa, no en Aristóteles, pero hoy volvemos a unirlas, porque fundamentalmente y ya Wittgenstein lo hizo ver en su valiosa contribución, el lenguaje es diversidad de códigos.

Es decir, lo único que podemos hacer con el lenguaje no es persuadir, porque también un codigo moral es un código; y no solo los paradigmas científicos son los únicos que valen. Luego hoy día se aboga por la unidad entre ciencia, y racionalidad científica y racionalidad ética.

Que los principios lógicos conquisten de nosotros un generalizado grado de consenso sólo quiere decir que en tanto miembros de la comunidad de comunicación que constituimos los seres racionales, echamos manos de ella por ninguna necesidad de tipo sobre humano.

La razón no está conectada no sólo con la verdad sino con la veracidad y con lo inteligible, cuando hablo de razón hablo de aprehensión sensible en modalidad distanciada de realidad. Casi siempre se trata de una maximización de la realidad, es decir, con la razón perseguimos un objetivo bueno de vida. Tenemos una buena razón. Entendemos lo racional como lo razonable.

Entonces, yo solo conozco dos clases de razones, la razón de Séneca, que es una razón negativa, que busca la moderación, es la razón estoica, y en cierta parte muchas veces he elogiado el estoicismo y la escuela de Zenon y tengo escritos sobre esto.

Y luego está la razón argumentativa que es la que tú hablas -otra cosa es la razón dogmática de la que tú tienes escrits también elevanfo la razón mismaa un monstruo, porque la razón a veces hace mas daño que otra cosa, la prueba está en los fascismos, autoritarismos-, pero sobre la razón argumentativa que están estudiando los flósofos alemanes Habermas y Apel y otros en otras escuelas, se está abriendo un debate y gracias a él así se puede reconocer un instrumento racional que permita crear la ciudadanía social y del mundo.

Si vas a seguir viniendo para enojarme y decirme que yo soy un ser emocional y no racional no vengas aquí o que no tengo un cirterio para deslindar las emociones negativas de otras positivas y de la razón, porque es que no te quiero ni ver, te he pedido que me dejes crecer y transformarme, no tienes ningun derecho a venir a mi casa, y encima no aportas nada de teoría, no haces ni el minimo esfuerzo por argumentar; pero en fin esto no es nuevo en ti.

Y en fin, lo que hay que saber es que la razón es un salto en el vacío, pero que nos lleva la pura y simple realidad, nos lleva al futuro, por eso tiene un factor de creencia dentro de él, pero no tiene que ser subjetiva sino puede ser intersubjetiva. Para esto lease a Kant y la razón autónoma de individuo y frente a la razón de la tradicion o instituciones ancladas en otros tiempos. Tambien sobre esto, el primer Hegel.

Pero lo más importante es saber o descubrir que la razón es un sentir "libre", esta es la diferencia con los demás sentires o emociones, al ser libre puede brotar la razón, es por eso un sentir aunque modulado, o si quieres una modalidad libre de aprehensión de sentir o inteligir, es lo mismo. Pues solo hay impresion de sentir y realidad, y Schopenhauer defiende esto y es un filósofo curioso que me gusta que lo hayas citado, pero no hay más. La razón te lleva a la realidad, como entre otras cosas decía no te lleva al cielo de Platón, no te lleva a una nube o idealidad imposible, aunque muchas veces tu tambien apuntas ese peligro de que somos dominados por fieras de la publicidad o de la economía que nos estan todos los días lanzando consignas para que hagamos lo que ellos quieren y que en buena medida nos están llevando a un mundo desquicidado muy cerca de la locura.

En eso sí te doy la razón, pero no digas que yo estoy ahí haciendo que no defiendo la razón y la racionalidad pues tengo demasiados escritos sobre este tema para que no se vea en ello mi pereocupación y además me considero una alumna de Habermas en la filosofía y de Apel, junto con Dworkin en la filosofía del derecho.
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lo dijo virginiawoolf

He recordado la definición que da Javier Muguerza en su libro " La razón sin esperanza " sobre la razón, él dice que se necesitan 3 requisitos primero, tener información suficiente, segundo, el requisito de la universalidad, para esto véase a Kant, la razón debe ser querida por todo el mundo posible en mis condiciones, de manera que yo no pueda querer para el otro lo que no pueda querer para mí, se trata de hacer leyes universales válidas para todos, por tanto. Y tercer requisito, es el requisito también antes expuesto de la libertad, que debe ser una libertad interna y externa, es decir, como ausencia de coacciones externas e internas como la autosugestión.

No podemos tampoco eludir la realidad corporativa, orgánica e institucional donde muchas veces descansa la racionalidad, por eso filósofos como Habermas están muy preocupados en hacer de la razón una razón procedimental, un procedimiento mediante el cual elaboramos convenciones, normas, mediante el procedimiento del discurso argumentativo y democrático. Para todo ello se necesitan unas condiciones y estas las expresa muy bien Javier Muguerza; aun cuando seguimos y él lo es en su libro siendo un poco escéptico de la razón, pero sería desde luego una bonita esperanza, eso sí.

Javier Muguerza en su libro " La razón sin esperanza " sobre la razón, él dice que se necesitan 3 requisitos primero, tener información suficiente, segundo, el requisito de la universalidad, para esto véase a Kant, la razón debe ser querida por todo el mundo posible en mis condiciones, de manera que yo no pueda querer para el otro lo que no pueda querer para mí, se trata de hacer leyes universales válidas para todos, por tanto. Y tercer requisito, es el requisito también antes expuesto de la libertad, que debe ser una libertad interna y externa, es decir, como ausencia de coacciones externas e internas como la autosugestión.

En Kant incluso en Marx hay todavía una concepción de la filosofía como un sistema de leyes científico-sociales deterministas, hay un determinismo-científico social, y esto es una base para una aportación fundamental a la teoría social de ese tiempo, por cuanto la causalidad de esas leyes regulaba la libertad humana, y aquí se comete un error metodológico que relega la libertad de los sujetos a un mero trasfondo " nouménico ", supuestamente compatible con la fenoménica " causalidad social " . Algo así también pasa en Spinoza, que salva la libertad humana, o la Razón por encima de unas leyes que son deterministas; en fin hay muchos contrasentidos, y desde luego no hay una precisión metodológica, ello fue lo que llevó por ejemplo a Marx a sus tan traídas y llevadas predicciones acerca de lo social y de la historia que son erradas, y acerca del individuo y del ser alienado y de la sociedad.

Entre otras cosas porque Marx no tuvo en cuenta que la creciente interdependencia entre investigación científica y tecnología acabaría convirtiendo a la ciencia en la fuerza productiva predominante, como tampoco le dio tiempo a prever que la intervención creciente del Estado para paliar las disfunciones de la sociedad de mercado acabaría modificando de manera no menos importante el cuadro de las relaciones sociales vigentes de producción.

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Lo que compromete nuestra libertad individual, por descontado, no garantiza que no continúe habiendo alienación, como tampoco garantiza que no continúe habiendo causalidad social y sigue siendo apremiante, y lo es incluso más que nunca, en la tecnología social de nuestros días, so pena de que ésta se reduzca lisa y llanamente a “ingeniería social”.

Creo que Minerva está muy contenta de que yo esté en su bosque, de lo contrario, créame, no estaría ahora en él, pues no es que yo la haya elegido precisamente sino que he venido a ella cuando menos me lo esperaba.

Que el estructuralismo sea el producto irreflexivo de un proceso histórico no es hacer demagogia, créame, sino hacer un flaco favor al estructuralismo al ver en él una herramienta del designio al que le llevó una sociedad determinada, desde esta funcionalidad tanto el estructuralismo como el constructivismo, para mí, constituyen herramientas de análisis y comprension de la sociedad. Pero que como filosofias no son suficientes en ellas mismas.

Mas bien éste siempre responde a una necesidad cultural. Se trata de ver en él una modalidad de funcionalidad no crítica sino meramente descriptiva de la realidad social y a este carácter sirve con fines metodológicos.



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Así como los movimientos totalitarios fueron un día llamados “ortodoxias sin doctrina”, las concreciones políticas de la ideología del poder por el poder merecerían más bien llamarse “maquinarias ideológicas desideologizadas”, esto es, carentes de principios, y constituyen el ardid del que la astucia de la razón instrumental se ha seguido valiendo en 1984 para reproducir -sin duda desdramatizándola, pero también, por eso mismo, incrementando nuestra indefensión- la pesadilla de 1984.

Es muy posible pues que nos estemos efectivamente acercando -aun si en un sentido muy distinto del de la frase marcusiana- “al final de la utopía”, lo que explicaría el arrollador auge, no menos innegable, de ese otro género que la filosofía social conoce hoy bajo el nombre de “crítica de la utopía”.

El poder cuyo ejercicio conduce en el extremo no ya a la destrucción mental o física del individuo -como en el caso de D-503 o de John el Salvaje en las novelas respectivas de Zamiatin y Huxley-, sino a su destrucción moral, como en el caso de Winston Smith de Orwell.

La novela de este último pudiera interpretarse más bien como un vaticinio a treinta y tanto años vista, como una meditación en torno a los estragos de la ideología del poder por el poder; una ideología que, tras haber trocado en un rostro anodino la torva faz con que Orwell la retrata, vendría en definitiva a coincidir con la de las organizaciones políticas burocratizadas y sujetas a la famosa ley de hierro de Michels, la ideología asumida y encarnada por el burocratic personality type de Merton o el organization man de Whyte y cuya promoción desde el Estado conducirá a hacerla plasmar en la sociedad totalmente administrada de Horkheimer hacia la que, en efecto, nos encaminamos, si no estamos ya en ella.

Al eclipse de la categoría de reificación no ha sido ajena la penetración en sus filas del estructuralismo, que presumía de ser una filosofía social sin sujeto y era de hecho el producto irreflexivo del proceso histórico de cosificación social que lo había acabado liquidando.

Tanto el “Estado Unido” de Zamiatin cuanto el del “Mundo Nuevo” de Huxley persiguen fines no innobles -como la felicidad de sus súbditos, aun si ésta linda allí con la despersonalización y la imbecilidad de los mismos-, desvirtuados por el uso de medios deplorables, como un poder capaz de cercenar todo asomo de libertad.

Pero para el partido en cuyo nombre habla O'Brien, “el poder no es un medio sino un fin”. Su ideología no es, pues, la del Gran Inquisidor -para quien “el mal es un medio destinado a hacer posible el bien”- sino la del poder por el poder sin detenerse en reflexiones sobre el bien ni el mal.

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Aceptando el modelo determinista de ciencia en el que Marx, no menos que Kant, se hubo de mover en su tiempo, por más que ambos se hallasen familiarizados con la regularidad estadística, el sometimiento del hombre a la legalidad científico-social parecía reproducir, a este nuevo nivel de causalidad, el resto del determinismo a nuestra libertad de la famosa antinomia kantiana, sin que a Marx le cupiera solventarla relegando la libertad de los sujetos a un trasfondo “nouménico” supuestamente compatible con nuestra “fenoménica” aceptación de la causalidad social, pues aceptar la imposición de esta última como si su necesidad fuera de hecho ineluctable equivaldría ni más ni menos que a dejar de actuar como sujetos.

Marx no tuvo ocasión de reparar en esta importantísima precisión metodológica que de haberle sido hecha observar, tal vez le habría inducido a mostrarse más cauteloso en el asunto de sus tan traídas y llevadas predicciones.

Mas precisamente por ello reviste mayor mérito su confianza en que los hombres -sin los que no sería posible para él la instauración de ninguna legalidad causal en el seno de la sociedad- pudiesen libremente contribuir a la cancelación de cualquier género de determinismo social. La ciencia social habría cumplido su ciclo dando paso a una comunidad de individuos libres.

Para aducir una de sus razones, pensemos en que la incitación a la desobjetualización de los sujetos -acaso no tan apremiante como en tiempos de Marx desde la perspectiva de una ciencia social que ha dejado de ser concebida en términos deterministas y en la que, por lo tanto, nuestra sumisión a leyes puramente estadísticas se diría que ya no compromete nuestra libertad individual (lo que, por descontado, no garantiza que no continúe habiendo alienación, como tampoco garantiza que no continúe habiendo causalidad social)- sigue siendo apremiante, y lo es incluso más que nunca, en la tecnología social de nuestros días, so pena de que ésta se reduzca lisa y llanamente a “ingeniería social”.

Una reducción ésa que prolonga, en las concretas realizaciones del marxismo, la alienación con que el marxismo pretendía acabar, y a la que presumiblemente no es ajeno el reduccionismo instrumentalista de la concepción de la racionalidad cuya unilateralidad estamos deplorando.

Mas como quiera que ello sea, y salvo para los contumaces ideólogos de la interpretación “laborista” del marxismo, lo cierto es que esa especie de homo faber que sería el homo laborans -o laborem exercens, como le llamaría el más alto dignatario de la Iglesia católica con el sagaz sentido de la oportunidad que Dios reserva de ordinario a sus representantes en la Tierra- anda en la actualidad de capa caída.

Superficialmente hablando su más inmediato rival parece ser el homo ludens que no es tampoco que digamos un invento de ayer ni antesdeayer.

Pero aunque algo haya de eso, la verdadera alternativa a que se enfrenta el hombre contemporáneo no es la del goce de las múltiples delicias del “bazar psicodélico” -un tanto desabastecido últimamente, tras el abrupto cerrojazo a la ilusión de la opulencia relativa de las pasadas décadas- en lugar de la rígida observancia de la moral puritana del trabajo, que no hay que confundir, después de todo, con el marxismo.