viernes, 6 de agosto de 2010

Economía y ciencia

Sócrates se dio muy pronto cuenta no de que él había de morir sino que quién moría era la "razón" de estar enferma, o al borde un precipicio como también se nos dice aquí. A Sócrates no se dolerían prendas por discutir con Gorgias ni por darle la razón a Protágoras, e incluso hasta con los Sofistas llegó a alcanzar el júbilo de una época en que la razón podía aspirar a erigirse en guía de la actuación política de nuestros ciudadanos. Pero la enriquecedora diversidad que la razón había venido alimentando pasó a degenerar en una despiadada guerra de todos contra todos, dentro de la que la razón pronto perdió el papel de guía para tornarse en un instrumento al servicio del éxito. La razón no tiene desde luego esperanza, vendida al mejor postor, como se halla, confíemos en recuperar ese papel guía a través del servicio a un concepto de Ciudadanía que fue tan fecundo en la época en que nació la razón griega. Y yo creo que debiéramos comprometernos todos por alcanzar el fin de la ciudadanía, el único que parece realmente útil y definible también por una economía globalizada. No creo que se pueda hablar de economía, como se ha hecho, definiéndola como algo ajeno a la razón política; se debe de terminar con todos esos prejuicios. El error está en la economía basada en la Física y en las ciencias exactas, en vez de aquella economía que se basaba en la metáfora de la Biología, desde finales del siglo XV en que existían actividades económicas cualitativamente diferentes como portadoras del crecimiento económico. Estas teorías económicas emplean hechos observables, experiencias y lecciones extraídas de ellas como punto de partida para la teorización sobre la economía. Al reducir a números y símbolos lo que son las principales fuerzas impulsoras del capitalismo, simplemente se abandonaron. La menor resistencia a la matemática favorecía el avance de ciertas economías, y empobrecían sobre todo a los pobresy los débiles. Así es como la política se ha entendido entonces. En lugar de emplear el inglés o cualquier otra lengua, la comunicación se redujo cada vez más a la pura matemática, con lo que perdió elementos cualitativos clave: cuanto más “dura” era la ciencia, más “científica” se hacía. La economía se apartó de las ciencias sociales “blandas” como la sociología y ganó prestigio acercándose a ciencias más “duras” como la física. Sin embargo la misma Física ya desde 1930 había avanzado hacia modelos que le permitían corregir sobre modelos reales, es decir, la misma física avanzaba en contra de lo que decía la economía. Los economistas perdieron su capacidad de moverse entre los modelos teóricos y entre el mundo real y de corregir los modelos cuando contravenían el sentido común ordinario. Los países lejanos que carecían de poder político fueron las víctimas de esa evolución. Y eso parece España, y por eso nos duele más, parece un país lejano. Porque la política debería recuperar este sentido de lo común ordinario. Y en EEUU muchas veces los políticos no utilizaban la teoría económica cuando se trataba de sus intereses económcos, sino por eso abunda allí el pragmatismo; la teoría abstracta la usaban para los tratos con el extranjero. ~ Por tanto , vamos a poner a la Economía en su sitio y no la pongamos muy lejos de la Política por favor, para que arruinemos más la claridad de nuestra visión. Porque creemos que la economía es una ciencia pura y abstracta y no lo es, ni lo ha sido nunca. Ni lo será. Cito como otras veces a Reinert: "Aunque parezca sorprendente, en 1991 un comité de la Asociación Económica Americana señalaba el problema de que las universidades produzcan economistas “cultos pero idiotas”: Los programas de estudios (en Economía) pueden dar lugar a una generación de demasiados “idiots savants”, hábiles en las técnicas pero ignorantes de las cuestiones económicas reales”. Según el informe, en una “importante” universidad -de la que no se daba su nombre-, los licenciados no podían “adivinar por qué los salarios de los barberos habían ido aumentando con el tiempo”, pero podían “resolver un modelo de equilibrio general entre dos sectores con progreso técnico no incorporado en uno de ellos”." Desde el momento en que instrumentos de la economía, elementos como la capacidad e iniciativa empresarial, política gubernamental y la totalidad del sistema de escala y sinergias, resultaban imposibles de cuantificar y de reducir a números y símbolos, estábamos entonces perdidos. Y los economistas se lavan las manos y dicen que eso no es cuestión suya. Las únicas cosas cuantificables eran lo que Sombart consideraba simplemente factores auxiliares: capital, mercados y mano de obra. Yo creo que si no cambiamos esta visión de la economía vamos a ir para atrás, lamentablemente la lección recibida en España es un buen ejemplo de ello, de una mala política y una mala economía, la una sin la otra no pueden ir. Porque se nos dice que somos fuerte en la contención del déficit, pero despues nuestro modelo de productividad se vuelve a dudar sobre él. Aunque no por este economista observador, pero no nos dice la fórmula en la que se basa, y dónde está la política. La política práctica necesitó algún tiempo para ponerse al día con el desarrollo de la teoría, esperemos que no nos coja en el borde de ese precipicio. El economista observador dice: “Sólo hay una solución financiera a este puzle: reducir el gasto y sus necesidades de financiación. La pena es que esta decisión no haya surgido de un ejercicio de responsabilidad política y democrática, asumiendo las obligaciones que la Constitución les confiere. “ (…) “Cuando Obama saca la reforma sanitaria por un voto es un acontecimiento histórico, cuando Zapatero consigue aprobar el mayor recorte de gasto de nuestra Democracia el FT dice que está al borde del precipicio. C’est la vie. El problema es que yo de política, aunque observo, cada día entiendo menos por lo que es el escenario más incierto al que nos enfrentamos. “ -Yo creo que el gran problema es vivir, no es morir -como hizo Sócrates, aunque le honre- en medio de tantos de nuestros dolores, pues frente a ello es una banalidad la muerte; lo imposible es vivir y mortificarse al mismo tiempo, y eso parece que vamos a tener que aprender a partir de ahora, como diría Cioran: "buscar el secreto de esa mortificante imposibilidad, descifrar el misterio de la respiración y de las esperanzas." ~

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