jueves, 14 de mayo de 2009

tecnología y ciencia

Tecnología y ciencia



Me interesa también conectar con una nueva idea que descubro a partir de Peter Drucker porque está en consonancia final con la idea, Gustavo, de la transformación de la información en Conocimiento, que da lugar a la parte central de tu artículo.
En un libro de Adela Cortina, “Ciudadanos del mundo, hacia una teoría de la ciudadanía”, se habla de este autor y de su obra “La sociedad postcapitalista; la gestión en un tiempo de grandes cambios”.
Drucker viene defendiendo desde hace algún tiempo que la sociedad de futuro es la sociedad del saber, en ella la verdadera riqueza será el saber y concretamente lo que denomina “conocimientos”, en virtud de los cuales una persona es capaz de aplicar el saber al saber.
Por eso entiende Drucker que al obrero industrial que era el grupo de trabajadores más numeroso de los años cincuenta sucederá el “trabajador del saber”, que a fines de este siglo representará en Estados Unidos un tercio, o más, de la fuerza laboral.
Se trata de lo que Cortina define como una nueva clase dirigente: los “trabajadores del saber”.
Ahora bien, esta “sucesión” no significa que los obreros industriales podrán convertirse en trabajadores del saber adquiriendo esos conocimientos por medio de la experiencia, porque no se adquieren a través de la experiencia, sino mediante un aprendizaje convencional permanente, que no está al alcance de todas las fortunas mentales.
Se producira entonces -vaticina Drucker- una nueva “división de clases”, que ya no tendrá como elemento distintivo la posesión de los medios de producción, sino la posesión del saber.
La clase poseedora lo será de un saber práctico, aplicable, sin el cual una empresa no puede valerse de las nuevas tecnologías, y las clases desposeídas lo estarán a su vez de ese tipo de saber.
Por eso en los países en vías de desarrollo quedará anulada la “ventaja” de los bajos salarios, y tendrán que adquirir el saber para lograr desarrollarse.
La cuestión no es entonces que los grupos sociales estén dispuestos a distribuir las horas de trabajo, sino que existirá un tipo de trabajo no susceptible de ser distribuido.
Y sobre todo que los nuevos trabajadores no constituirán el grupo más numeroso de la población, ni se convertirán en gobernantes, pero sí compondrán -afirma Drucker- la clase dirigente.
Un nuevo conflicto de clases parece, pues, abrirse camino entre trabajadores del saber y quienes se ganan la vida por medios tradicionales y un nuevo reto se presenta al ideal de la ciudadanía ética y democrática.
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Este tema es tan interesante y comprometido y se adentra tanto en ese sentido que tú elogias de las ideas de este pensador y de hacerle justicia, que no me he resistido a transmitíroslo.
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1.Dilecta Ishtar, como siempre poniendo tu inteligente dedo en la llaga de mi ignorancia, como un bálsamo.
Siempre he rechazado, tal vez incoscientemente o mejor subconscientemente, la idea de pertenecer a la élite de los que poseen las cosas, pero no me produce rechazo la idea de intentar petenecer a la élite de los que saben y de ahí mi interés por las ideas y la permanente lucha que tengo planteada contra mi ignorancia. Pese a que cada día soy más consciente de lo que ignoro, mi curiosidad no para de acrecentarse. Me temo que me van a faltar varias vidas para poder saciarla.
No sé a dónde va el mundo, pero la idea de que la información esté al alcance de todos y que la ventaja de unos sobre otros consista en quién sea más capaz de convertir ésta en conocimiento me encanta. Ya sé que eso sería algo así como un nuevo despotismo ilustrado pero si todos pudieran acceder a la educación y tuvieran a su alcance la información, cualquiera, según su capacidad, podría convertirse en parte de la élite de los más sabios o los menos ignorantes. Es una utopía.
De todas formas encuentro que cada vez hay más información pero menos conocimiento. Faltan estructuras formales para integrarlo y falta, como decía en mi artículo, criterio. El criterio es eso que te queda después de haber sabido mucho, cuando ya se te ha olvidado una gran parte. Tú si lo tienes amiga.
Un saludo muy afectuoso y muy navideño con un haiku inspirado en las creencias de los mexicas.
Rueda el tiempo
La vida se repite
¿A dónde vamos?



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Por el contrario, los cambios producidos en el marco institucional, en la medida en que derivan de forma inmdiata o de forma mediata de nuevas tecnologías o de perfeccionamientos de estrategias (en los ámbitos de la producción, del intercambio, de la defensa, etc.) no han asumido la misma forma de adaptación activa. Por lo general esas mutaciones siguen el modelo de una adaptación pasiva.

No son el resultado de una acción planificada, racional con respecto a fines y controlada por el éxito, sino producto de una evolución espontánea. Sin embargo, esta desproporción entre adaptación activa por un lado y acomodación pasiva por el otro, no pudo venir a la conciencia mientras la dinámica de la evolución capitalista quedó encubierta por las ideologías burguesas. Sólo con la crítica de las ideologías burguesas aparece esa desproporción abiertamente ante la conciencia.

El modelo de la evolución sociocultural de la especie ha estado determinado desde el principio por un creciente poder de disposición técnica sobre las condiciones externas de la existencia, por un lado, y, por otro, por una adaptación más o menos pasiva del marco institucional a la extensión de los subsistemas de la acción racional con respecto a fines. La acción racional con respecto a fines representa la forma de adaptación activa que distingue la autoconversación colectiva de los sujetos socializados de la conservación característica de las especies animales. Nosotros sabemos cómo someter a control las condiciones fundamentales de la vida, lo que significa: cómo acomodar culturalmente el entorno a nuestras necesidades, en lugar de limitarnos a adaptarnos nosotros a la naturaleza externa.

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Para aducir una de sus razones, pensemos en que la incitación a la desobjetualización de los sujetos -acaso no tan apremiante como en tiempos de Marx desde la perspectiva de una ciencia social que ha dejado de ser concebida en términos deterministas y en la que, por lo tanto, nuestra sumisión a leyes puramente estadísticas se diría que ya no compromete nuestra libertad individual (lo que, por descontado, no garantiza que no continúe habiendo alienación, como tampoco garantiza que no continúe habiendo causalidad social)- sigue siendo apremiante, y lo es incluso más que nunca, en la tecnología social de nuestros días, so pena de que ésta se reduzca lisa y llanamente a “ingeniería social”.
Una reducción ésa que prolonga, en las concretas realizaciones del marxismo, la alienación con que el marxismo pretendía acabar, y a la que presumiblemente no es ajeno el reduccionismo instrumentalista de la concepción de la racionalidad cuya unilateralidad estamos deplorando.

Por ejemplo, Marx no previó que la creciente interdependencia entre investigación científica y tecnología acabaría convirtiendo a la ciencia en fuerza productiva predominante, como tampoco le fue dado prever que la intervención creciente del Estado para paliar las disfunciones de la sociedad de mercado acabaría modificando de manera no menos importante el cuadro de las relaciones sociales vigentes de producción.

En el capitalismo tardío, lo primero fomenta la creencia de que el funcionamiento del sistema social constituye un problema de orden técnico más bien que de orden práctico, en tanto lo segundo contribuye a reforzar la lealtad de unas masas despolitizadas al Estado benefactor a cambio del mantenimiento de un nivel relativamente estable del bienestar social.

Tecnocracia y despolitización se complementan mutuamente y conducen a la pérdida de función de la participación democrática en las tareas de decisión, confiada cada día más a los “expertos” o limitada a la periódica elección plebiscitaria de líderes alternativos cuya representatividad parece tener bastante más que ver con su capacidad para “representar” su propio liderazgo, como si de actores se tratase, que con la “representación” de sus electores.

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Naturalmente esta afirmación sólo es válida en la medida en que nosotros estemos, en el discurso filosófico, efectivamente en condiciones de hacer, en un lenguaje formal, enunciados universalmente válidos acerca del discurso, relativizando de ese modo las perspectivas comprensivas de los discursos particulares en el sentido de su “pertenencia histórica” (Gadamer). Con ello se abre a la vez también la posibilidad de una comparación empírica entre las diferentes perspectivas comprensivas (tanto sincrónica como diacrónicamente). Muchas ciencias históricas, antropológico-culturales y etnológicas hacen uso de ella hoy día. Hay que añadir que es asimismo la radicalización del comprender reflexivo la que hace posibles tanto a la “hermenéutica de la sospecha” (Ricoeur), esa que suspende la “anticipación de perfección”, como a los métodos -que recurren a explicaciones externas de motivos- de las ciencias sociales críticas anejos a la “hermenéutica de la sospecha” (no así de las ciencias cuasi-nomológicas del comportamiento, que están al servicio de la tecnología social.)
¿Acaso no es posible, incluso indispensable, concebir el rebasamiento formal de la sujeción del comprender a la perspectiva, alcanzado ya por la forma reflexiva del discurso filosófico, como la condición de posibilidad del acceso a nuevas y superiores perspectivas comprensivas, es decir: de nuevas formas de la precomprensión del mundo que posibilitan un comprender más profundo y que no son meras “prosecuciones” de tradiciones, sino más bien logros de la reflexión crítica?

¿En qué medida puede suponerse que uno puede solucionar más fácilmente las dificultades que están vinculadas con los posibles conflictos entre la racionalidad de la acción y la “racionalidad sistemática”, bajo las condiciones que hemos indicado de la ética discursiva y su complementación estratégica? Me parece que una respuesta también a esta pregunta resulta de la reflexión sobre el fracaso de la filosofía especulativa de la historia (la “superación” historicista de la utopía social) y de todas las formas de la tecnología social cientificista en las cuales la sociedad tiene que ser dividida en sujetos y objetos del “social engineering”. Si uno ve claramente las aporías -en no poca medida éticas- de estas concepciones de la planificación social, se infiere, según mi opinión, que sólo una forma de la teleología referida a la historia es hoy plausible: la fundamentación -ya insinuada por Kant en sus escritos sobre filosofía de la historia- de objetivos a largo plazo (como, por ejemplo, una sociedad jurídica de ciudadanos del mundo) a partir de principios éticos universales que en tanto tales, independientemente del éxito o del fracaso de intentos particulares de realización histórica, son susceptibles de obtener consenso.

Justamente porque la marcha de la historia no puede ser predicha ni en pronósticos “incondicionados” ni “condicionados”, las personas necesitan objetivos a largo plazo que puedan apoyar en todo momento. Me parece que estos objetivos no deben ser inferidos de “imperativos sistemáticos” funcionales -por ejemplo, de política del poder o económicos- porque a través de ellos tendencialmente los sujetos humanos de la acción son degradados a meros medios. Naturalmente, en una “ética de la responsabilidad”, las personas transitoriamente tienen que transformarse también en abogados de la racionalidad funcional de los “sistemas”: pues manifiestamente la supervivencia de la comunidad real de comunicación humana depende de la autoafirmación de sistemas sociales funcionales. Pero el desarrollo a largo plazo de aquella racionalidad consensual-comunicativa que -desde el surgimiento del lenguaje y del pensamiento- está dada en el mundo de la vital de todos los hombres y que caracteriza el objetivo por lo menos del entendimiento no violento sobre fines y objetivos, tiene que conservar prioridad teleológica frente a una “colonización del mundo vital” a través de estructuras y mecanismos y de conducción tendencialmente anónimos de la llamada racionalidad sistemática.
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El problema es cuando el dualismo trabajo e interacción pasa a segundo plano, por la creciente disposición técnica, al no existir ya dialéctica se produce una cosificación de la conciencia.

Y cuando esta apariencia se ha impuesto con eficacia, entonces el recurso propagandístico al papel de la ciencia y de la técnica puede explicar y legitimar por qué en las sociedades modernas ha perdido sus funciones una formación democrática de voluntad política en relación con las cuestiones prácticas y puede ser sustituida por decisiones plebiscitarias relativas a los equipos alternativos de administradores.

Las sociedades industriales avanzadas parecen aproximarse a un tipo de control del comportamiento dirigido más bien por estímulos externos que por normas.



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la conciencia tecnocrática


Desde fines del siglo XIX se impone cada vez con más fuerza la otra tendencia evolutiva que caracteriza al capitalismo tardío: la de la cientifización de la técnica. Siempre se ha registrado en el capitalismo una presión institucional a elevar la productividad del trabajo por medio de la introducción de nuevas técnicas. Pero las innovaciones dependían de inventos esporádicos, que, por su parte, podían ciertamente estar inducidos económicamente, pero que no tenían un carácter organizado. Pero esto ha variado en la medida en que el progreso científico y el progreso técnico han quedado asociados y se alimentan mutuamente.

Con la investigación industrial a gran escala, la ciencia, la técnica y la revalorización del capital confluyen en un único sistema. Mientras tanto esa investigación industrisl ha quedado asociada además con la investigación nacida de los encargos del Estado, que fomentan ante todo el progreso técnico y científico en el ámbito de la producción de armamentos; y de ahí fluyen informaciones a los ámbitos de la producción civil de bienes. De este modo, la ciencia y la técnica se convierten en la primera fuerza productiva, y con ello, caen las condiciones de aplicación de la teoría del valor trabajo de Marx. Pues ya no tiene sentido computar las aportaciones al capital debidas a la inversiones en investigacion y desarrollo, sobre la base del valor de la fuerza de trabajo no cualificada (simple) si, como es el caso, el progreso técnico y científico se ha convertido en una fuente independiente de plusvalía frente a la fuente de plusvalía que es la única que Marx toma en consideración: la fuerza de trabajo de los productores inmediatos tiene cada vez menos importancia.

Mientras las fuerzas productivas dependían de manera intuitiva y evidente de las decisiones racionales y de la acción instrumental de los hombres que producían en sociedad, podían ser entendidas como un potencial de creciente disposición técnica, pero no podían ser confundidas con el marco institucional en el que estaban insertas. Sin embargo, con el progreso técnico y científico el potencial de las fuerzas productivas ha adoptado una forma que hace que en la misma conciencia de los hombres el dualismo trabajo y de interacción pase a un segundo plano.

Ciertamente que lo mismo antes que ahora son los intereses sociales los que determinan la dirección, las funciones y la velocidad del progreso técnico. Pero estos intereses definen al sistema social tan como un todo, que vienen a coincidir con el interés por el mantenimiento del sistema. La forma privada de la revalorización del capital y la clave de distribución de las compensaciones sociales que aseguran el asentimiento de la población, permanecen como tales sustraídas a la discusión. Como variable independiente aparece entonces un progreso cuasi-autónomo de la ciencia y de la técnica, del que de hecho depende la otra variable más importante del sistema, es decir, el progreso económico. El resultado es una perspectiva en la que la evolución del sistema social parece estar determinada por la lógica del progreso científico y técnico. La legalidad inmanente de este progreso es la que parece producir las coacciones materiales concretas a las que ha de ajustarse una política orientada a satisfacer necesidades funcionales.

Y cuando esta apariencia se ha impuesto con eficacia, entonces el recurso propagandístico al papel de la ciencia y de la técnica puede explicar y legitimar por qué en las sociedades modernas ha perdido sus funciones una formación democrática de voluntad política en relación con las cuestiones prácticas y puede ser sustituida por decisiones plebiscitarias relativas a los equipos alternativos de administradores.

A nivel científico, esta tesis de la tecnocracia ha recibido distintas versiones. Pero a mi entender, es mucho más importante el que esa tesis haya podido penetrar como ideologíia de fondo en la conciencia de la masa despolitizada de la población y desarrollar su fuerza legitimatoria. El rendimiento peculiar de esta ideología consiste en que disocia la autocomprensión de la sociedad del sistema de referencia de la acción comunicativa y de los conceptos de la interacción simbólicamente mediada y los sustituye por un modelo científico.

En la misma medida, la autocomprensión culturalmente determinada de un mundo social de la vida queda sustituida por la aautocosificación de los hombres bajo las categorías de la acción racional con respecto a fines y del comportamiento adaptativo.

El modelo conforme al cual habría de llevarse a cabo una reconstrucción planificada de la sociedad está tomado de la investigación de sistemas. En principio es posible entender a empresas y a organizaciones particulares y también a subsistemas políticos y económicos y a sistemas sociales en su conjunto según el modelo de sistemas autorregulados. Ciertamente que es muy distinto que el marco de referencia cibernético se emplee con fines analíticos o que, ajustándonos a este modelo, tratemos de organizar un sistema social dado como sistema hombre-máquina.

Pero esta transferencia del modelo analítico al nivel de la organización social está ya contenida en el planteamiento mismo de la investigación de sistemas. Y de atenernos a esta intención de una estabilización de los sistemas sociales análoga a la estabilización que representa la prgramamción instintual, resulta la peculiar perspectiva de que la estructura de uno de los dos tipos de acción, es decir, la estructura del círculo funcional de la acción racional con respecto a fines, no solamente mantiene un predominio frente al marco institucional, sino que va absorbiendo poco a poco a la acción comunicativa en tanto que tal.

Y si con Arnold Gehlen consideramos que la lógica inmanente de la evolución técnica estriba en que el círculo funcional de la acción racional con respecto a fines queda disociado progresivamente del sustrato del organismo humano y queda proyectado al nivel de las máquinas, entonces esa intención que alimenta la tecnocracia puede ser considerada como la última etapa de esa evolución.

Si se consigue simular a nivel de los sistemas sociales a la estructura de la acción racional con respecto a fines, el hombre no sólo podría ya, en tanto que homo faber, objetivarse íntegramente a sí mismo por primera vez y enfrentarse a sus propios productos autonomizados, sino que también podría quedar integrado a su porpio aparato técnico como homo fabricatus. El marco institucional, que hasta ahora se había sustentado en otro tipo de acción, quedaría a su vez, según esta idea, absorbido en los subsistemas de acción racional con respecto a fines que están insertos en él.

Ciertamente que esta intención tecnocrática no está realizada en ninguna parte ni tan siquiera en sus pasos iniciales, pero por un lado sirve como ideología para una política dirigida a la resolución de tareas técnicas que pone entre paréntesis las cuestiones prácticas y, por otra, responde en cualquier caso a ciertas tendencias evolutivas que pueden llevar a una lenta erosión de lo que hemos llamado marco institucional. El dominio manifiesto de un Estado autoritario se ve reemplazado por las coacciones manipulativas de una administración técnico operativa. La implantación moral de un orden sancionado, y con ello de la acción comunicativa, que se orienta de conformidad con un sentido articulado lingüísticamente y que presupone la interiorización de normas, se ve disuelta, cada vez con más amplitud, por formas de comportamiento condicionado, mientras que las grandes organizaciones como tales se presentan cada vez más con la estructura de la acción racional con respecto a fines.

Las sociedades industriales avanzadas parecen aproximarse a un tipo de control del comportamiento dirigido más bien por estímulos externos que por normas.

La reacción indirecta por estímulos condicionados ha aumentado sobre todo en los ámbitos de aparente libertad subjetiva (comportamiento electoral de aparente libertad, consumo y tiempo libre). La signatura psicosocial de la época se caracteriza menos por la personalidad autoritaria que por la desestructuración del superego. Pero este incremento del comportamiento adaptativo es sólo el reverso de la continua erosión de la esfera dela interaccion mediada lingüísticamente, bajo la presión de la estructura de la acción racional con respecto a fines. A esto responde, subjetivamente, que la diferencia entre acción racional con respecto a fines e interacción no solamente desaparezca de la conciencia de las ciencias del hombre, sino también de la conciencia de los hombres mismos. La fuerza ideológica de la conciencia tecnocrática queda demostrada precisamente en el encubrimiento que produce de esa diferencia.

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Jürgen Habermas, “Ciencia y técnica como 'idelogía'”, ibid, pág. 86-91













In general, the science brutalize the spirits reducing its metaphysical conscience. Why are you irritated this Time? ~
el 7 de marzo - Comentar - Me gusta - Share - Edit
A Lord Daven le gustó esto
esto se lo solía decir a mi amigo el ingeniero, pero él decía que su trabajo era creativo y que le gustaba. - sylphide * (modificar | eliminar)
Y quien era ese? - Lord Daven
Has de ser justa en los términos: siempre el poder embrutece a los oprimidos reduciendo artificialmente su capacidad de rebelarse. Por eso siempre estaré irritado! - Lord Daven
La ciencia misma fue perseguida y el pensamiento científico, a día de hoy, es menospreciado. Son los que juegan a ser soberanos quienes utilizan ciencia, religión y sobre todo el miedo para realizar su única misión: mantener su posición. - Lord Daven
Y añado que no es el discurso científico inválido en absoluto ni posee ninguna perversión sistemática, sino la manipulación de este por motivos políticos. - Lord Daven
es como hacer virtud de la necesidad:) ¿Acaso no hay que tomar en serio, por ejemplo, la alusión a la “realidad del escepticismo o de un relativismo capaz de disolver cualquier verdad”? -Antes incluso que la aceptación de la autocontradicción o de la falsabilidad de la ciencia- ;) de este modo cortamos el nudo gordiano en vez de desatarlo.;) de todas formas hoy todo quiere parecer científico, la ciencia es lo único que avanza, pues la política no parece querer hacerlo. - sylphide * (modificar | eliminar)




Se trataría ahora de mostrar que la reflexión sobre las presuposiciones de la forma reflexiva filosófica de los discursos encaminados al entendimiento (la conciencia metafísica), lejos de ser "improductiva", pone en libertad justamente aquellas normas intersubjetivamente válidas de la razón práctica y de la reconstrucción hermenéutico-crítica de la historia:) y la reflexión -”hermenéutica” sobre el acontecer del sentido y de la verdad de comprender históricamente situado tampoco está en condiciones de descubrir. ;) ni tampoco se puede comparar al ideal de objetividad de la ciencia natural basado en la suposición de un objeto de conocimiento homogéneo ya acabado y que sólo hay que investigar progresivamente:) - sylphide
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por tanto vuelvo a lo mismo, a la conciencia autorreflexiva y metafísica:) la ciencia occidental no puede pensarse con independencia de la metafísica en Occidente, ni en sus hipótesis sustanciales globales de explicación del mundo, ni en sus presuposiciones lógico-trascendentales (no empíricas) ;) - sylphide * (modificar | eliminar)
De esta idea puede deducirse el motivo de una crítica radical de la ciencia y de la filosofía, a saber: la sospecha de que ha sido precisamente la forma de pensamiento de la metafísica occidental -la forma de pensamiento del ocultamiento del ser en la forma de ideas (Heidegger) o conceptos referidos al logos- la que ha hecho posible el problemático saber de dominio de la ciencia moderna o, dicho de otro modo, la técnica. - sylphide * (modificar | eliminar)
No veo la conexión desde el momento en que la conciencia metafísica es una expresión oscura de la cual todo puede inferirse. - Lord Daven
Y es confuso pensar en el dominio de la ciencia sin tener claro que es lo dominado y con qué fin. El esquema crítico siempre comienza con una sospecha y termina dilucidando quienes y con qué objetivo. - Lord Daven
En cuanto a por qué todo quisiera ser ciencia incluyendo la economía ya expuse que tales saberes tienen referentes chamánicos e imitativos, quisieran imitar la ciencia por la aplicación de sus resultados en el plano del poder. Por eso hay hijos bastardos de la antropología y la voluntad de poder como "la ciencia del marketing". - Lord Daven
El fin de la metafísica y sus coletazos agónicos como Heidegger acarrean estas convulsiones buscando al Ulises que ha herido su ojo único. La ciencia me mata! La ciencia me ha herido! Ulises ha sido muy ingenioso otra vez, su verdadero nombre es la filosofía del lenguage. - Lord Daven
Y en estas convulsiones agónicas golpea sin visión y precipita su muerte con un aluvión de palabras afectadas. El lenguage es su propio veneno. La pregunta clave es ¿qué cuestión hay detrás de cada neologismo? Y ¿por qué no utilizar el principio de occahm para terminar con la hemorragia de conceptos inaprensibles? - Lord Daven
Hay que volver a leer el TLP como lo que realmente es: una lavadora de los excesos de la metafísica. - Lord Daven
Hablar de postulados trascendentales en ciencia tiene sentido pero aun estos han sido revisados por evidencias empíricas como el principio de determinación de Newton o el de localidad de Einstein. Cualquier teoría científica tiene su prueba de ácido perenne en la naturaleza. ¿qué decir de los postulados trascendentales de la metafísica? ¿cuál pudiera ser su prueba de ácido? - Lord Daven
la prueba de ácido está aquí: en las precondiciones de la preestructura del discurso dirigido hacia el entendimiento sobre algo: las precondiciones reflexivo-trascendentales del discurso racional del argumentar.- Post ultimo de mi livejournal: http://ishtar-sylphide.livejou... ;) - sylphide * (modificar | eliminar)
Sí, tendremos que cortar con la navaja de Occam pues no se trata de las precondiciones de todo intento humao de comprender, sino tan solo de las condiciones trascendentales de posibilidad del comprender válido o no válido:) que son condiciones de posibilidad de la validez intersubjetiva de la comprensión o en general del conocimiento:) - sylphide * (modificar | eliminar)
una crítica coherente de la metafísica en la modernidad deberá evitar la crítica "total" de la razón, sólo le estará permitido criticar lo que la metafísica tradicional tenía de dogmática y de acrítica porque se enunciaba sin reflexionar suficientemente sobre las condiciones de posibilidad de la propia validez.:) - sylphide * (modificar | eliminar)
Aquí topamos con un déficit de reflexión en Wittgenstein, ligado a su predilección útil en muchos aspectos por la mera descripción de ejemplos. Ciertamente mediante el análisis de ejemplos se puede oponer un eficaz correctivo a los prejuicios apriorísticos y las generalizaciones precipitadas de la filosofía sistemática:) - sylphide * (modificar | eliminar)
pero de este modo no es posible hacer inteligible la pretensión específica de validez de toda proposición filosófica también de las proposiciones en que se sustenta la crítica del lenguaje o del sentido :) - sylphide * (modificar | eliminar)
siento que decirte, que no has leido a wittgenstein - Lord Daven
no he leído sus investigaciones ni el tractatus como libro pero sí he leído un libro que tengo de recopilación de párrafos acerca de sus libros y de su cuaderno azul, y sé como escribe y lo que es el segundo Wittgenstein respecto al primero:) pero voy a escribir otro post que hace la crítica definitva a Wittgenstein:) y tambien de paso a Heidegger :) voy escribiendo filosofía como puedo:) - sylphide * (modificar | eliminar)




La relevancia del principio de autoalcance de la reconstrucción de la historia se pone sobre todo de manifiesto cuando lo confrontamos con los intentos característicos de toda la modernidad (e irónicamente característicos también de la crítica total a la razón en el postmodernismo) de ofrecer una explicación reduccionista naturalista de la historia del espíritu a partir de motivos causales externos. Al confrontarla, por ejemplo, con el intento de Nietzsche de cuestionar genealógicamente todas las pretensiones de validez de la razón humana (verdad, rectitud moral y finalmente también la veracidad que durante tanto tiempo reivindicó para sí -la “sinceridad” de Nietzsche-)., Frente a estos intentos (condenados a la contradicción performativa) de sustituir comprensión por explicación, el principio de autoalcance de la reconstrucción no exige renunciar a explicaciones externas pero sí subordinarlas y postergarlas a la comprensión en el sentido de una reconstrucción racional valorativa. - sylphide * (modificar | eliminar)











¡ES LA ECONOMÍA, ESTÚPIDO! - http://gustavomata.org/articul...
el 6 de febrero from El blog de Gustavo Mata - Comentar - Me gusta - Share
mira voy a borrar este feed, esto me da asco - Lord Daven
que le jodan, nunca contesta cuando hay argumentos técnicos: es un demagogo - Lord Daven
ya está, no me vuelvo a encontrar con este sectario en la vida - Lord Daven
maldito imbécil - Lord Daven
No se puede descartar la teoría de la influencia de los medios en los conflictos de intereses económicos; y más, en una sociedad actual informatizada en la cual la información es un bien que cobra un nuevo sentido fundamental, de poder e influencia y que rige las actividades económicas, sociales y políticas. :) Tal vez en las cuestiones técnicas tú eres más fuerte, si él no te contesta, tal vez es porque no rechaza la base técnica que tú planteas, y podéis en ese aspecto complementaros uno al otro :) Intentad también comprender la visión de cada uno. - sylphide * (modificar | eliminar)
que no puedo aguantar tonterias ya, estuve repasando el modelo de solow ayer y si se descuenta el factor tecnológico (que es un modelo teórico) queda el modelo decreciente de Marx = sobre explotación - Lord Daven




acerca del concepto de utopía de la actual crítica al utopismo, hay que registrar el hecho de que el neomarxismo que ya no es cientificista-tecnocrático -en primer lugar Bloch y Marcuse, pero también Habermas- se encuentra aún más que el marxismo ortodoxo en el centro de la crítica al utopismo.:) esto quiere decir que el factor tecnologico es el centro de la crítica del marxismo y del neomarxismo de otros (por el dilema de la dialéctica sujeto-objeto cientificista-tecnocrática), luego no se puede descartar;) ni tampoco se puede descartar toda la industrialización, todo lo que el proceso había sido capaz de construir hasta ahora y que había sido aceptado por la mayoría de los trabajadores:) - sylphide *
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También la Escuela de Francfort se separa del marxismo-leninismo ortodoxo (“objetivista”) y además del diagnóstico -en Horkheimer y Adorno muy pronto pesimista- de la “dialéctica del Iluminismo” en la moderna sociedad industrial en su totalidad.:) la Escuela de Francfort, de lo que se trataba era más bien de desconectar la fundamentación teórico-científica de una “teoría crítica” de las ciencias sociales histórico-reconstructivas, del programa cientificista de la unidad metodológica -determinada por intereses tecnológicos- de la explicación y predicción nomológicas de los procesos naturales y sociales.;) esto quiere decir: a considerar la posibilidad de una fundamentación normativa dialógica y teórico-comunicativa de las ciencias sociales reconstructivas y -lo que es mucho más difícil- de la organización democrática de la praxis social. Y en este contexto se desarrolló por parte de Habermas y también por el autor de este estudio, la concepción de una ética de la “situación ideal del discurso” es decir, de la - sylphide *
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es decir, de la “comunidad ideal de comunicación”.:) por tanto no se puede separar como tú haces el empirismo del racionalismo.) el antiguo positivismo y, según parece, fue también sostenido por Popper y Albert en el sentido de la “unidad metodológica de las ciencias reales” (a pesar de que irónicamente Popper y Lakatos en aquellos años, bajo la impresión del debate histórico-científico, dieron pasos decisivos en dirección de la eliminación del programa de la unidad metodológica). - sylphide * (modificar | eliminar)
he derivado hacia la cuestion metodologica:) pero es cierto que es muy grave y lamentable las cosas que he leído esta tarde en el blog y cómo se va interpretando el fracaso de las empresas, como una ineficacia de ellas, sin que tenga ninguna responsabilidad ningún otro sector de la política ni de la economía :) por esta lógica que dejen caer tambien a los bancos y menos paternalismo para ellos. - sylphide * (modificar | eliminar)
Yo abandono ese blog para siempre, es un fraude de tipo. No soy marxista, he leído a Marx y sé criticarlo. Pero la labor crítica de Marx es encomiable. - Lord Daven
Si la economía no es falsable no es ciencia sino un "mantra" detrás de otro. - Lord Daven





Tendrás que hacernos un favor y poner paz entre Gustavo y yo. No es capaz de contestar a ninguna ciestión técnica al respecto de la financiación, su posición es puro hayek y le molesta que se diga. Que se espabile porque fui yo mismo quien le presto el apestoso "camino a la servidumbre". - Lord Daven vía BuddyFeed
creo que has tomado muy serenamente en cuanto a ti la parte que has argumentado y has defendido, y lo vas haciendo de modo riguroso y técnico y yo creo que Gustavo está defendiendo también lo que el dice su opinión, no creo que sea un híbrido o un tibio, esto no es un descalificativo, más bien la argumentacion dialectica nos esta llevando por diversos planteamientos, pero no creo que se haya cerrado en ninguna posición frente a ti.







Poder “social” y noción de control - http://ishtar-sylphide.livejou...
el 25 de enero from LiveJournal - Comentar - Me gusta - Share - Edit
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Hay que entender no sólo las relaciones primitivas de poder, es muy importante también las relaciones que fueron perfeccionadas durante la edad media, siglo XII, a través de la “creencia”, por medio del deseo o del imaginario y del artilugio de la Palabra y su mito pontifical, el sujeto se autorrepresenta y es capturado en esa red imaginaria del deseo, por lo que no tiene que matar ya al otro, de este modo, y hoy día, esto empieza a resurgir en la moderna idea de control, de la que habla este artículo, a través de la ciencia y la técnica y tambien de la publicidad. - sylphide * (modificar | eliminar)
esto que he escrito aqui y en mi anterior comentario es mi propia voz







la nueva ideología frente a la vieja, la ilusión técnica y la relación de dominio - http://ishtar-sylphide.livejou...
el 13 de enero from LiveJournal - Comentar - Me gusta - Share - Edit
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Las relaciones de produccion y fuerza productiva son sustituidas por la mas abstracta de trabajo e interacción - sylphide * (modificar | eliminar)
Las legitimaciones tradicionales se hacen criticables al ser cotejadas con criterios de la racionalidad propia de las relaciones fin-medio - sylphide * (modificar | eliminar)
Una nueva zona de conflictos, en lugar del virtualizado antagonismo de clases y prescindiendo de los conflictos que las disparidades provocan en los márgenes del sistema, sólo puede surgir allí donde la sociedad del capitalismo tardío tiene que inmunizarse por medio de la despolitización de la masa de la población contra la puesta en cuestión de la ideología tecnocrática de fondo: precisamente en el sistema de la opinión pública administrada por los medios de comunicación de masas. - sylphide * (modificar | eliminar)
Pues sólo ahí puede quedar afianzado el "encubrimiento" que el sistema exige de la diferencia entre el progreso de los subsistemas de acción racional con respecto a fines y las mutaciones emancipatorias en el marco institucional -entre cuestiones prácticas y cuestiones técnicas-. Las definiciones permitidas públicamente se refieren a qué es lo que queremos para vivir, pero no a cómo querríamos vivir si en relación con los potenciales disponibles averiguáramos cómo podríamos vivir. - sylphide






La dialéctica del trabajo y la dialéctica de la representación - http://ishtar-sylphide.livejou...
el 12 de enero from LiveJournal - Comentar - Me gusta - Share - Edit
el problema es cuando el dualismo trabajo e interacción pasa a segundo plano, por la creciente disposición técnica, al no existir ya dialéctica se produce una cosificación. - sylphide * (modificar | eliminar)
Y cuando esta apariencia se ha impuesto con eficacia, entonces el recurso propagandístico al papel de la ciencia y de la técnica puede explicar y legitimar por qué en las sociedades modernas ha perdido sus funciones una formación democrática de voluntad política en relación con las cuestiones prácticas y puede ser sustituida por decisiones plebiscitarias relativas a los equipos alternativos de administradores. - sylphide * (modificar | eliminar)
Las sociedades industriales avanzadas parecen aproximarse a un tipo de control del comportamiento dirigido más bien por estímulos externos que por normas. - sylphide







con respecto a las ciencias hermenéuticas del espíritu o ciencias sociales crítico-reconstructivas - http://ishtar-sylphide.livejou...
el 4 de enero from LiveJournal - Comentar - Me gusta - Share - Edit
Me es prácticamente imposible entender tres palabras seguidas. ¿No es posible deshacer ese argot filosófico en algo inteligible? Yo lo intento cuando escribo. - Lord Daven
Un argot tiene algo de "elitismo", al final son conceptos significativos que, con un poco de lñexico, pueden trasladarse al lenguaje natural. ¿Los filósofos precisan crear palabras porque están por encima de ellas? No, al revés, es una tiranía la del lenguaje, los límites de mi mundo son los límites del lenguaje. - Lord Daven
Cualquier obra de Wittgenstein o de Pierce esta cargada de notaciones formales pero las explicaciones son escuetas y muy bien escritas. ¿de donde sacas esa jerga infernal? - Lord Daven
no sé cómo responderte; yo experimento la misma ofuscacion ante un texto de fisica pura, pero aun así no me parece una tiranía este lenguaje, sino un lenguaje bastante bien construido y que intenta superar los propios límites; hay conceptos como "mundo de la vida", "representacion", "expresion" y otros que son superadores. - sylphide * (modificar | eliminar)




por ejemplo, esto podemos leerlo en un manual de electrónica: "Para realizar las operaciones aritméticas de suma y resta de dos números de 4 bits por medio de un circuito electrónico, se utiliza un dipswitch para fijar los valores correspondientes de los operandos 1 y 2 (operando 1 = minuendo bits A1-A4, operando 2 = sustraendo B1-B4). Los 4 bits correspondientes al operando 1 se hacen llegar de manera directa a un sumador completo (74LS83) cuya identificación es IC3, mientras que los 4 bits que conforman al operando 2 primero se hacen pasar por una compuerta OR-exclusiva (IC1, 74LS86) cada uno de ellos, la función que tiene el circuito IC1 es la de cambiar los 0 por los 1 y los 1 por los 0 en caso de que se tenga que hacer una resta..." sylphide
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ESos términos son funcionales y el problema que tienes es de definiciones, pero estas son triviales, toda esa jerga técnica está al alcance de cualquiera con ganas de aprenderla, de hecho solo significa una notación económica para realizar descripciones con menos signos y más rapidamente. - Lord Daven
Sin embargo en la filosofía moderna noto una "inflacción" de términos que no añaden significado funcional. Son supra-conceptos que no están ni siquiera bien definidos por los autores. "Spielsprache" es una nueva palabra en filosofía pero su traducción "juego del lenguaje" es perfectamente comprensible y más aún mediante los ejemplos aportados por Wittgenstein. - Lord Daven
El problema creo que es más de apariencia. Se inflan los signos pero no los conceptos, todo queda a medio hacer y se confia en que el todo de significado a las partes y esto no es muy generoso y no aoprta mucho a la dilucidación de cualquier texto. Lo siento pero me sigue pareciendo una jerga endiablada y estoy más que acostumbrado a leer filosofía. Debe ser la escuela de "hago-lo-que-me-sale-del-potorro", te invito a leer textos directos de Pierce para ver la diferencia y por qué no veo a Pierce en esos - Lord Daven
textos en absoluto, está de hecho desaparecido en una jerga elitista y trasnochada que confunde la lectura en un ánimo de crear "opera abiertas" - Lord Daven
Apel es un pensador actual que tiene muy en cuenta la obra de Peirce, lo que el llama su teoría del consenso, pero aqui no lo menciona porque se refiere a la relación con la ciencia llamada hermenéutica y Peirce está mas relacionado con la ciencia empírica; además esta separación creo que no infla innecesariamente los conceptos, sino que obedece a la misma division que hace la filosofía analítica. De todas formas, aun queda por distinguir lo que este autor llamará "los enunciados universales y autorreflexivos de la filosofía", al que dedicaré un ultimo espacio. - sylphide * (modificar | eliminar)
En ese caso hazle honor a Charles Pierce e intenta ubicarle un su propio pensar. Al igual que critico la interpretación musical, el discurso sonoro, desdela hermeneútica se debería evitar inflaccionar los textos que se pretenden interpretar para no caer en una ciencia hermeneútica que ha de interpretarse a si misma. Ese vicio circular forma parte de una forma de pensar que no comparto en absoluto y tiene que ver con el "misterio" y la "astrologia" - Lord Daven
Ritos iniciaticos que sostienen el status quo por haber llegado al anllo de los hermeneutas, en tal caso hay que preguntarse: ¿Para qué sirve toda esta tontería? ¿Sois los nuevos masones de la filosofía? ¿Resolveis el misterio de la intrepretación mediante el mesmerismo de una jerga para iniciados?: Finamente es un problema antropológico. - Lord Daven
La estructura del saber se divide en circulos donde uno accede o no dependiendo de la asimilación de ciertos misterios (que no son tales, son tapaderas de otros misterios que tampoco son tales). Esta armazón espiral es la descrita por Dante en el Inferno y también la que constiituye sociedades secretas en Oriente y Occidente. Antropología básica. - Lord Daven




a ambas, la ciencia de la naturaleza y la ciencia hermenéutica caracteriza la misma pretensión empírica del conocimiento, lo que las diferencia estriba en las pretensiones de validez, se diferencia de la pretensión empírico-general de validez de los enunciados de leyes en las ciencias de la naturaleza y de la pretension universal a priori de los enunciados matematicos; =) estamos ante la pretension universal de validez de enunciados morales, normativos y también un ultimo término de la distincion se refiere a los enunciados de la filosofía, conocidos como autorreflexivos. Este metalenguaje tiene su razon de ser, aun cuando plantea toda esa problematica que tú dices, pero no puede reducirse a mera antropología sin más. - sylphide
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Por supuesto que si. Toda prescripción moral y su lenguaje tiene su único origen en la antropología porque de facto no existen hechos morales sino sociedades que califican los hechos como morales o reprobables. Una llamada ciencia que no es consciente de su origen o quiere ocultarlo busca el misterio y la obfuscación. - Lord Daven
He publicado una entrada sobre mi opnión, la próxima vez haré una parodia que será mucho más divertido. Tengo bastante guasa imitando discursos como ya sabes. - Lord Daven














tecnología y economía


En Europa se mantuvo durante siglos una gran diversidad de planteamientos con respecto a la tecnología y las instituciones; la combinación de diversidad y emulación dio lugar a multitud de escuelas teóricas y soluciones tecnológicas, continuamente comparadas, moldeadas y desarrolladas en los mercados. La competencia entre ciudades-Estado -más tarde entre naciones-Estado- financió el flujo de inventos que también surgieron como subproductos no pretendidos de la emulación entre naciones y gobernantes en la guerra y el lujo. Una vez que se observó que dedicar parte de los recursos a la resolución de problemas en periodo de guerra producía inventos e innovaciones, ese mismo mecanismo se pudo aplicar en tiempos de paz.


En la teoría basada en el trueque y en el intercambio -representada hoy día por la teoría neoclásica estándar- la economía es una máquina que genera armonía si se la deja funcionar por su cuenta, sin interferir en ella. De ahí la atención tan especial que se presta actualmente a las variables financieras y monetarias. En esa teoría, los factores que potencian el crecimiento económico -nuevos conocimientos, nuevas tecnologías, sinergias e infraestructura-, o bien quedan fuera de la teoría, o desaparecen en una búsqueda abstracta de promedios tales como la “empresa representativa”. En la teoría basada en la producción, en cambio, donde las variables financieras y monetarias no son más que el andamiaje necesario para poner en marcha el motor central, esto es, la capacidad productiva del país, sucede lo contrario. Pero precisamente porque los factores antes mencionados son ignorados es por lo que la teoría estándar llega a conclusión de que la globalización beneficiará por igual a todos, incluso a los países que desde el punto de vista de los conocimientos necesarios se hallan todavía en la Edad de Piedra. El desarrollo, así pues, tiende a entenderse como acumulación de capital más que como emulación y asimilación de conocimientos.






Esas dos visiones diferentes de las características económicas fundamentales de los seres humanos llevan a teorías y políticas económicas notablemente divergentes. Si bien Adam Smith tienen en cuenta los inventos, éstos provienen de algún lugar fuera del sistema económico (son exógenos), no están condicionados (información perfecta) y en principio llegan simultáneamente a todas las comunidades e individuos. Del mismo modo, las innovaciones y nuevas tecnologías son creadas automáticamente y libres de cargas por una mano invisible que, en la ideología económica actual, se llama “el mercado”. Resulta notable que Abraham Lincoln y Karl Marx, generalmente considerados polos opuestos en el eje derecha-izquierda de la política moderna, estuvieran totalmente de acuerdo en su oposición a la visión de la humanidad expuesta por Adam Smith.

Después de los escritos de Francis Bacon a principios del siglo XVII los autores de tratados de economía creyeron durante mucho tiempo que las instituciones reflejaban el modo de producción de cualquier sociedad. Actualmente el Banco Mundial tiende a darle la vuelta a esa concepción, y pretende explicar que la pobreza que existe en determinados países es consecuencia de la carencia de instituciones, obviando las importantes relaciones entre modo de producción, tecnología e instituciones.


Durante los dos periodos mencionados, las décadas de 1840 y de 1990, se propagó la fe más fuerte que nunca se ha tenido en el mercado como única forma de asegurar la armonía y el desarrollo. En la dácada de 1840 ese fenómeno recibía el nombre de “libre comercio”, y hoy se le llama “globalización”. Durante un largo periodo de tiempo el mercado de valores no apreció las diferencias entre el enorme aumento de productividad y la posición dominante en el mercado de las empresas que encabezaban el nuevo paradigmática tecnoeconómico, como US Steel and Microsoft, y las características de las industrias en sectores maduros como la producción de cuero y otros artículos de baja tecnología. Incluso ahora, los políticos de todo el mundo parecen convencidos de que ha sido la apertura de la economía y su libre comercio, más que sus avances tecnológicos, los que han enriquecido a las empresas de Silicon Valley.

Del mismo modo que en tales periodos la conciencia popular espera que las cotizaciones en Bolsa atraviesen el techo, sea cual sea el sector industrial en cuestión, también se crea la ilusión paralela de que todos se pueden hacer más ricos con tal de que se conceda al mercado una libertad total. John Kenneth Galbraith llamaba a esto “totemismo del mercado”.


La paradoja histórica que cabe detectar en todo esto es que es precisamente durante los periodos en que las nuevas tecnologías están cambiando sustancialmente la economía y la sociedad -como el vapor en la década de 1840 y la tecnología de la información en la de 1990- cuando los economistas dan nuevo pábulo a las teorías basadas en el comercio y el trueque en las que la tecnología y los nuevos conocimientos no tienen lugar. Cabría decir, haciéndose eco de Friedrich List que confunden al portador del progreso, el comercio, con su causa, la tecnología. Paradójicamente, lo mismo se podría decir de la teoría del desarrollo económico de Adam Smith, quien no parecía percibir que a su alrededor se estaba produciendo una Revolución Industrial cuando la formuló.


Éste es el punto clave en el que se desvía la actual economía estándar, descendiente de la “era del comercio” de Adam Smith, de la economía basada en la producción a la que me referí anteriormente como el Otro Canon, descendiente de la economía continental europea (en particular alemana) y estadounidense. La teoría moderna del comercio internacional, tras ignorar la importancia de la tecnología y la producción, como he dicho antes, insiste en que el libre comercio entre una tribu del Neolítico y Silicon Valley tenderá a enriquecer a ambas partes. La teoría del comercio del Otro Canon, por el contrario, insiste en que el libre comercio no beneficiará a ambas partes hasta que hayan alcanzado la misma etapa de desarrollo.

Al suponer que es el capital, más que la tecnología y los nuevos conocimientos, la fuente del crecimiento, enviamos dinero a unos países de África todavía preindustriales, sin atender a que ese capital no puede ser invertido rentablemente. Hace cien años los economistas alemanes y estadounidenses habrían entendido que la causa de la pobreza en África en su modo de producción, esto es, su ausencia de un sector industrial más que la falta de capital per se. Como juzgaban tanto el conservador Schumpeter como el radical Marx: el capital es estéril son oportunidades de inversión, que provienen esencialmente de las innovaciones y nuevas tecnologías. Los economistas estadounidenses y alemanes de hace cien años también entendían las sinergias, y que sólo la presencia de la industria hacía posible la modernización de la agricultura.

Los textos estándar de economía no tienen en cuenta que las diferencias tecnológicas dan lugar a enormes variaciones en la actividad económica y por consiguiente también crean oportunidades muy diferentes para añadir capital al trabajo de una forma potencialmente rentable. La primera revolución industrial se produjo esencialmente en la producción de tejidos de algodón Los países sin ese sector industrial -las colonias- no tuvieron revolución industrial. Todos entienden la importancia de la revolución industrial, per la teoría del comercio internacional de Ricardo pretende convencernos de que las tribus de la Edad de Piedra se harían tan ricas como los países industriales con tal que adoptaron el libre comercio. No estoy presentando un espantajo fácil de combatir; como muestra la cita del primer secretario general de la OMC Renato Ruggiiero en la Introducción, ésta fue de hecho la concepción que configuró el orden económico mundial después del final de la Guerra Fría.


La idea fundamental aquí -que un producto acabado puede costar entre diez y cien veces el precio de las materias primas que se precisan para producirlo- volvió a aparecer recurrentemente durante siglos en la literatura europea sobre política económica. Entre la materia prima y el producto acabado hay un multiplicador: un proceso industrial que exige y crea conocimiento, mecanización, tecnología, división del trabajo, rendimientos crecientes y -sobre todo- empleo para las masas de subempleados y desempleados que siempre caracteriza a los países pobres. Hoy día, los modelos económicos del Banco Mundial suponen que en los países subdesarrollados existe pleno empleo aunque en algunos lugares menos del veinte o treinta por 100 de la fuerza de trabajo tenga lo que llamamos un “empleo”. En otros tiempos la gente dedicada a la política económica reconocía la magnitud del desempleo, del subempleo y del vagabundeo mendicante, y entendía que el trabajo necesario para transformar la materia prima en productos acabados aumentaría la riqueza de las ciudades y las naciones. La cuestión principal, no obstante, era que las actividades económicas que surgen cuando se trata la materia prima para convertirla en productos acabados obedecen a leyes económicas distintas que la producción de materias primas. El “multiplicador de la industria” era la clave tanto para el progreso como para la libertad política.




A finales del siglo XV se crearon dos instituciones distintas pero con propósitos similares: la protección de los nuevos conocimientos mediante las patentes y la transferencia de esos conocimientos a nuevas áreas geográficas mediante la protección arancelaria.Ambas se basaban en el mismo tipo de pensamiento económico: la creación y difusión geográfica de nuevos conocimientos mediante la instigación de una competencia imperfecta. Una parte indispensable de ese proceso de desarrollo eran las instituciones que “alteran los precios” con respecto a lo que el mercado habría hecho abandonando a sus propias fuerzas: las patentes que creaban un monopolio temporal para nuevos inventos y los aranceles que distorsionaban los precios para los productos manufacturados y permitían que se establecieran nuevas tecnologías y nuevas industrias lejos del lugar donde fueron inventadas.


Esos inventos e innovaciones se crearon de una forma que los mercados, por sí solos, nunca habría podido reproducir. La política económica actual y las instituciones de Washington defienden vigorosamente sólo una de esas instituciones -las patentes que crean flujos de renta cada vez mayores hacia los países más ricos- mientras que prohíben enérgicamente los instrumentos que permitirían la propagación geográfica de la competencia imperfecta en forma de nuevas industrias a otros países. Se acepta la protección de la competencia imperfecta en los países ricos, pero no en los pobres, y esto es lo que hemos denominado “duplicidad de hipótesis” de la teoría económica: en casa se utilizan teorías diferentes a las que se permiten en el Tercer Mundo, siguiendo la vieja pauta colonial. El juego del poder económico siempre da lugar a la misma regla de oro: el que tiene el dinero es el que hace las reglas.


Los países ya ricos podían permitirse una política muy diferente a la de los países todavía pobres. De hecho, una vez que un país se había industrializado sólidamente, los mismos factores que requerían una protección inicial -conseguir rendimientos crecientes y adquirir nuevas tecnologías- ahora requerían más mercados internacionales y más grandes para desarrollarse y prosperar. La protección industrial lleva consigo la semilla de su propia destrucción: cuando tiene éxito, la protección que se requirió inicialmente se hace contraproducente. Como decía un anónimo viajero italiano acerca de Holanda en 1786: “Los aranceles son tan útiles para introducir las artes (esto es, la industria) en un país, como dañinos son una vez que éstas se han establecido”. Ahí está la clave para entender como un proceso el establecimiento del libre comercio. Una vez más, esa enseñanza se ha olvidado en la teoría económica que actualmente se aplica en muchos países del mundo.

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