lunes, 13 de septiembre de 2010

diferencias de cómo expresamos nuestras emociones hombres y mujeres, por Elsa Punset

Diferencias en cómo expresamos nuestras emociones
Simon Baron-Cohen, profesor de Psicología de la universidad de Cambridge, afirma que nuestros cerebros están estructurados de forma distinta: “El cerebro femenino está predominantemente codificado para la empatía. El cerebro masculino está sobre todo codificado para comprender y construir sistemas”.
Las mujeres son más hábiles para expresar sus emociones con palabras, a través de las expresiones faciales y del lenguaje corporal. Los hombres tienden a reprimirse en mayor medida y a querer ignorar sus sentimientos. Antes de la pubertad ambos sexos expresan sus emociones de una forma bastantes similar. Pero a medida que los chicos maduran y que aumentan sus niveles de testosterona adquieren la habilidad de enmascarar sus sentimientos de vulnerabilidad, debilidad y miedo. Para la mayoría de los hombres ser consciente de sus emociones no implicaría desarrollar nuevas habilidades, sino simplemente darse el permiso de sentir lo que ya está allí.
Los diversos estados mentales
“Si las chicas quieren agradar, los chicos quieren ser respetados”, afirma la antropóloga Helen Fisher, de la universidad de Rutgers. La necesidad de respeto está en la base de la masculinidad. Desde un punto de vista evolutivo el hombre que no era respetado entre sus compañeros no obtenía las oportunidades necesarias para participar en actividades exclusivas de los hombres, como la caza. Si no era un buen cazador capaz de ganarse el respeto de sus compañeros y de alimentar a su pareja, resultaba menos atractivo para las mujeres y era menos probable que pudiera reproducirse. Ésta es la razón por la cual algunos hombres, en situaciones extremas, creen que preferirían la muerte al deshonor. Nuestras antepasadas, por otra parte, asumieron su responsabilidad principal de cuidar de los hijos. La capacidad de saber leer y responder a las emociones de los pequeños era una gran ventaja para ellas.
En nuestro mundo moderno la necesidad masculina de respeto es cada vez más difícil de satisfacer. Según la doctora Fisher, “las tendencias hacia la descentralización, una estructura empresarial más plana, el juego de equipo, las conexiones laterales y la flexibilidad favorecen la forma de hacer negocios de las mujeres”. Además los hombres lo tienen cada vez más difícil para competir por los mejores puestos profesionales dado el éxito con el que las mujeres se han incorporado a las estructuras académicas en los últimos años. La tendencia en este sentido las muestra, en conjunto, más exitosas que los hombres.
~
Transmitir nuestros sentimientos y compartirlos con los demás genera el vínculo que es la base del amor. Pero, asegura el psicólogo Jed Diamond, en El síndrome del hobre irritable, muchos hombres están limitados en su capacidad de comprender sus sentimientos y aún más en su capacidad de expresarlos con palabras. El problema radica en parte en la resistencia que oponen muchos hombres a entrar en contacto con sus sentimientos y articularlos. Por las razones evolutivas anteriormente apuntadas, tienden a subrayar en exceso los sentimientos de ira y a negar los sentimientos de miedo y tristeza. Según el doctor Pollack, profesor de psicología de la universidad de Harvard, muchos hombres en nuestra cultura están limitados a un ámbito de tres sentimientos relacionados: la ira, el triunfo y el placer. Se trata de emociones esenciales para la supervivencia de las personas pero que sólo representan una parte pequeña del amplísimo repertorio emocional humano. Afirma el doctor Diamond que este condicionamiento cultural hace que muchos hombres estén menos desarrollados emocionalente de lo que podrían estar por el bien de su entorno y de su propio desarrollo personal. No es la capacidad de sentir la que está mermada, sino el ámbito de comprensión y de expresión de las emociones. Muchos hombres han desarrollado dos respuestas principales a los conflictos emocionales: para los sentimientos de vulnerabilidad -entre los que se incluyen el miedo, la vergüenza y el sentirse herido- a menudo utilizan el enfado a modo de respuesta masculina. Se trata de una reacción evolutiva ante la sensación de vulnerabilidad cuando ésta se asocia al peligro y es un patrón emocional masculino bastante frecuente.
Para los sentimientos de afecto -entre los que se incluyen el amor, la calidez, la conexión y la intimidad- los hombres suelen expresarse más cómodamente a través del sexo. Cuando las principales dificultades se plasman en las relaciones íntimas, algunos hombres combinan reacciones de enfado con el deseo de sexo. Pero los enfados desmotivan a las mujeres, lo cual hace poco probable que obtengan una respuesta positiva.
~
“Las emociones negativas -miedo, tristeza, ira- son nuestra primera línea de defensa contra las amenazas externas y nos conducen hacia los puestos de batalla -dice el psicólogo Martin Seligman en La auténtica felicidad-. El miedo es una señal que indica la cercanía del peligro, la tristeza es una señal que indica que la pérdida es inminente y la ira indica que alguien está abusando de nosotros”.
Durante millones de años los hombres tuvieron que abandonar a sus esposas e hijos para pasar muchos días cazando o luchando. La capacidad de anular sus sentimientos les habría facilitado la marcha y el éxito. Se trata pues probablemente de su herencia genética.
~

No hay comentarios: