Eclipses
Vicente Cassanya
Este año 2011 se producirán cuatro eclipses de Sol, todos ellos parciales, y dos de Luna. Tradicionalmente los eclipses han sido vistos como pájaros de mal agüero, pero ¿qué hay de cierto en ese creencia? ¿Cómo se producen y cómo influyen en la actualidad los eclipses?
Antiguamente era una creencia común en muchos pueblos que un eclipse se producía cuando un dragón gigantesco se estaba tragando el Sol o la Luna. Como el Sol y la Luna son imprescindibles para la vida, la gente salía a ahuyentar a tan monstruosos animales, lanzando flechas, profiriendo gritos y haciendo ruidos de todo tipo. Cuando a los pocos minutos el Sol volvía a brillar o la Luna resplandecía de nuevo, se consideraban vencedores: el animal había huido.
Los eclipses constituyen uno de los más bellos fenómenos astronómicos, a pesar de lo cual han sido vistos como pájaros de mala suerte a lo largo de la historia. Siempre se les relacionó con hambrunas, epidemias, muertes de reyes, etc.
Sin embargo, al estudiar exhaustivamente los eclipses se comprueba que no todos tienen influjos maléficos. Algunos parecen actuar muy benéficamente para los humanos. Según cuenta Herodoto, el 28 de mayo del año 585 a.C. un eclipse de sol provocó la tregua entre medos y litios, cuya guerra duraba cinco años. En pleno fragor de la batalla, se hizo de noche en pleno día, algo que obligó a los contendientes a abandonar la lucha.
CÓMO NOS AFECTA
El viento solar baña la Tierra constantemente con una fuerza de penetración tal que no hay material que se resista a ser traspasado por los neutrinos, ni siguiera la roca. Los neutrinos atraviesan la Tierra de parte a parte, a través de nuestros cuerpos o de las montañas. La Luna, al interponerse en el camino del viento solar cambia las fuerzas electromagnéticas que nos envuelven, lo que supone, a su vez, alteraciones en la conducta animal y humana.
Irritabilidad, trastornos del sueño, trastornos de las digestiones o cambios en las costumbres alimenticias, agitación interior y reacciones desmedidas pueden manifestarse en nuestra conducta cuando se produce un eclipse. Nuestros niveles intelectuales, físicos y emocionales deben hacer un esfuerzo para adaptarse a estas influencias que, sin llegar a tener la fuerza de un cambio de estación, provocan pequeñas mareas biológicas.
Además, en cada caso particular la influencia del eclipse dependerá del planeta o del punto del Zodíaco que nos active. Por ejemplo, si el eclipse se sitúa sobre el planeta Marte en la carta astral de una persona ésta podrá estar más irritable, tener una caída de energía o ver mermadas sus capacidades para la toma de decisiones. Sexualmente puede estar en baja forma. Debería replantearse qué falla en su energía y cómo puede recuperarla. También sería bueno reflexionar sobre la forma en que expresa su enojo o su agresividad.
En cambio, si el eclipse se forma sobre Saturno es probable que la persona sienta amenazada su posición social o profesional, que atraviese días depresivos o con algunos miedos. La relación con los padres también será otro de los puntos a revisar. En cuanto al físico, los huesos podrían estar más sensibles durante el tiempo de vigencia del eclipse.
Habitualmente se considera que los eclipses tienen un largo periodo de influencia. Algunos astrólogos hablan de años. Personalmente considero esta opinión equivocada. Aunque, como mínimo suele admitirse que sus influjos son notorios aproximadamente desde medio año antes a medio después, es decir, el tiempo que suele haber entre un eclipse y otro.
CÓMO SE PRODUCEN LOS ECLIPSES DE SOL
Para que haya un eclipse de sol es necesario que el Sol, la Luna y la Tierra estén perfectamente alineados. La Luna se sitúa en medio del astro rey y de nuestro planeta, tapando la luz del sol. La Luna Nueva se produce una vez al mes, sin embargo, no en todas las ocasiones se produce un eclipse. Para que este fenómeno se produzca es necesario, además, que la Luna esté muy cerca de los Nodos lunares, puntos de intersección de la órbita de la Tierra con la de la Luna.
Aunque la luna es unas 400 veces más pequeña que el sol, también está unas 400 veces más cerca de nosotros. De ahí que su tamaño aparezca igual a nuestros ojos y puedan producirse los eclipses.
Un eclipse nunca debe mirarse a simple vista, porque se puede perder la visión. Incluso con buenos protectores no conviene mirar más de cinco segundos seguidos.
HISTORIAS DE ECLIPSES
No hace mucho, en 1969 se produjo un eclipse de Sol en plena Guerra de Vietnam; alguien ha contado que las tropas de Lon Nol actuaron como aquellos pueblos primitivos: dispararon hacia el eclipse para salvar al Sol.
Algo más dramática es la historia de Hsi y Ho, astrónomos imperiales de la dinastía Hia, en China. Transcurría el día 22 de octubre del año 2137 a.C. cuando el emperador Chung K´ang se encontró con una desagradable sorpresa al ver que el Sol estaba siendo devorado por un dragón. No pasó nada, porque la guardia imperial salió a combatirlo y lograron ahuyentarlo: el Sol brilló de nuevo. Pero la historia acabó en desgracia: los dos astrónomos fueron ejecutados por no haber avisado del eclipse.
Otros eclipses supusieron interesantes avances para la ciencia, como el del año 1919, que fue aprovechado para hacer la espectacular comprobación que dio celebridad a las teorías de Einstein, o como aquel de finales de los años 50, por el que se reunieron en Tenerife astrónomos de todo el mundo y gracias a lo cual se despertó, de nuevo, el interés por un observatorio permanente en la zona.
LOS ECLIPSES, DETONANTES DE LA GUERRA DEL GOLFO
Aparentemente, todo discurría como casi siempre, pero aquel eclipse de Luna, que iba de Leo a Acuario, el día 6 de agosto de 1990. Nos acercábamos a la fecha del eclipse, y, apenas hubo comenzado el mes, cuando el día 2 -estratégicamente situado a caballo entre el eclipse de Sol del 22 de julio anterior y el citado de Luna- el mundo se despertaba con el sobresalto de que Irak había invadido Kuwait.
Las tropas aliadas se aglutinaban en la zona y la tensión iba en aumento. Irak recibió un ultimátum por parte de la O.N.U.: o retiraba sus tropas de Kuwait o sufriría las consecuencias. Al final llegó el ataque. Eran las 02:40 horas del día 17 de enero de 1991 cuando Kuwait se convertía en un gran castillo de fuegos, tan sólo unas horas después de que se produjera un Eclipse Total de Sol.
Así pues, los dos momentos más decisivos del conflicto del Golfo, fueron puntualmente señalados por sendos eclipses: el de Luna de primeros de agosto de 1990 y el de Sol de mitad de enero de 1991.
(Este artículo está en la web desd los eclipses de marzo de 2007, pero ahora he actualizado únicamente la cabecera para señalar los eclipse de este año 2011)
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