Los trágicos griegos lo vieron con perspicacia. La vida era irremediablemente conflictiva. ¿Se recordaba la historia de Agamenón? Para cumplir una promesa hecha a los dioses tiene que sacrificar a su hija Ifigenia. Se encuentra entre la espada y la pared. O queda mal con los dioses o queda mal con su deber paternal. "Ninguna solución está libre de maldad", dice en un momento dado. Elige cumplir el sacrificio y matar a su hija, y entonces el coro, que es una especie de voz de la conciencia popular, se enfurece contra él porque no ha sentido angustia ante el conflicto.
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