Los hikikimori.-
Platón y sus ideas, tú sabes que la idea es que cada palabra representa un ideal. Y esto es lo que hemos hecho con todo. Y luego la vida no es así, la vida está llena de imperfecciones, esa es la verdad. Y en vez de aprender a amar las imperfecciones, nos hemos dedicado a intentar alcanzar ideales ¿no?
Y yo creo que esto ha causado muchísima frustración en las personas, desde luego.
Y además no es real, no te permite ser real cien por cien, te obliga a adoptar un papel, y es cierto, vivimos en una sociedad donde nos están obligando a adoptar papeles, a pretender cosas que no son.
Y yo creo que eso explica en parte por qué hay tanta enfermedad mental.
Tú sabes que el siglo XXI va a ser el siglo de la enfermedad mental y sobre todo de la enfermedad emocional, y la depresión en Europa en particular va a ser la primera causa de enfermedad dentro de 10 años. Eso es lo que está previsto y es algo muy preocupante.
Deberíamos pensar acerca de cómo estamos viviendo, que no nos deja pensar realmente cómo ser felices.
Está muy bien que te digan es un derecho la felicidad o ser feliz, pero si no dicen cómo y si el entorno te lo pone imposible pues te hundes. Es una soledad sonora.
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Hikikimori es un fenómeno que empezó en Japón pero se está extendiendo por todo el mundo. Jóvenes que se aislan para evitar la presión exterior, que se quedan en su casa, en su habitación. Y ahí viven durante años y años.
Tres millones de hombres en Japón y menos de 25 años dice el Instituto de la salud. Esto en parte se está dando gracias a internet, a todas las nuevas tecnologías de comunicación. Viven esta vida virtual y la idea de que no les gusta lo que hay fuera. Esto es la vida de espaldas a la cruda realidad, la incapacidad de aceptar que ese es el mundo que hay, ya que papá y mamá le mantienen, y que lo que hay no lo pueden cambiar.
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El cerebro retiene lo que le interesa, la memoria es muy subjetiva, esto sabemos que tiene el cerebro que se engaña a sí mismo. Y ya dentro de nuestra cabeza tenemos una herramienta que tiende a interpretar el mundo de acuerdo con lo que quiere.
Y entonces ya debes ir perdiendo capacidad de juzgar realmente lo que hay, debes vivir en un mundo cada vez más falso que te crees cada vez más, por una parte.
Y por la otra, el tema de que los humanos necesitan la afectividad, y es una necesidad básica de los humanos, yo diría que de muchas especies pero en la especie humana hay una necesidad muy aguda de afectividad si tú vives solo.
Están hablando en Japón de la posibilidad de darles robots virtuales que de alguna forma les acompañasen. Y decían que las personas al final terminarían encariñándose con el robot como se encariñan con un ser humano. Es decir, que probablemente estamos entrando en un mundo en el que la frontera entre la realidad y la ficción se está desdibujando cada vez más.
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Para mí realmente lo que me preocupa no es tanto que entremos en ese mundo, sino que seamos tan pasivos, es decir, yo me pregunto por qué estos chicos se encierran y renuncian a intentar encontrar algo ahí afuera, o a cambiar algo ahí afuera.
Renunciar a no ser lo contrario del héroe atrevido que sale a luchar ¿no?, es lo contrario de la Juana de Arco, de todos los héroes que hemos tenido, a lo largo de la historia.
Y además parece que no es algo que está pasando solo en Japón sino que realmente hay una cierta tendencia y tú lo ves cuando hay estudios acerca de nuestra juventud. Una de las cosas que dicen es que son bastante pasivos socialmente, hay un cierto descreímiento de lo que signfica vivir en sociedad.
En parte lo que nos dicen, fíjate, es que el humano ha desarrollado un cerebro muy complejo justamente porque vive en sociedad. Es decir, me pregunto hasta qué punto si dejamos, si empezamos a vivir de espaldas al mundo, dejas de necesitar tener un cerebro tan complejo.
Se supone que el cerebro te ayude a prevenir, a tender estrategias, a relacionarte con los demás, es decir, que tu cerebro cambiará, se va modificando a pacer de lo que tú necesitas. Cuanto más amor te den, más vas a necesitar el cariño, y con menos, menos vas a necesitar. En cualquier caso, el cerebro es plástico, es decir, depende realmente de hasta qué punto lo ejercitas y para qué lo ejercitas, y me cuesta, me cuesta mucho imaginar que un ser humano pueda llegar a ser feliz de espaldas a la afectividad. Eso me cuesta mucho.
Y luego está el tema del lenguaje. Son jóvenes que piensan que hablamos de alguna forma para no decirnos nada, es decir, ellos viven la soledad en medio de los demás, y por eso se apartan de los demás.
Y es curioso, porque ahí sí creo que tienen algo de razón. Creo que sí es bueno recordar que las palabras, probablemente el lenguaje existe sobre todo para poder manipular a los demás. Es decir, el lenguaje no es sólo para comunicarse con los demás, ¿no?
Y hemos dado una enorme importancia en nuestra sociedad -antes lo mencionaba con los roles que nos han asignado a todos- y luego el lenguaje que se convertido como en un código de decir lo que debes decir. Está el lenguaje políticamente correcto, está lo que debes decir, lo que no te atreves a decir, porque nos han asignado los roles correctos, es decir, hay muchos códigos a la hora de hablar y al final yo creo que esto nos da mucho la sensación de que no nos comunicamos con los demás, de que no pones el dedo en la llaga, que no estás diciendo lo que de verdad quieres decir.
Y eso tiene que empeorar la sensación de soledad, la empeora y la hace más potente y grande.
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En Europa empiezan a haber varones solteros hasta 35 años y son chicos que continuan en casa de sus padres. O son chicos que sí trabajaban pero que tenían enormes problemas de relación laboral, y que aunque tienen ya una edad, más de 25 años, sin embargo hablamos de ellos como si fueran adolescentes.
Chicos que se van de casa a los 18 años esto suele pasar en la cultura anglosajona y sus padres parecen fríos pero no es así, existe una gran esfuerzo emocional de sus padres.
Si se lanzan es posible que encuentren algo por lo que vivir.
Pedir a unos adultos que se responsabilicen hasta la eternidad de chicos que son adultos es una responsabilidad sin fin y que da pie con mucha facilidad a que los niños se eternicen en el hogar y no se responsabilicen. Muchos de estos chicos si tuviesen probablemente suficientes estímulos para salir y trabajar y buscarse la vida encontrarían algo por lo que vivir ¿no?
Pero si los humanos somos siempre así, es decir, si nos lo pones fácil, si apuntas bajo sueles terminar yendo muy bajo, si apuntas alto y te retas a ti mismo y encuentras el sentido de tu vida, entonces yo creo que disminuiríamos esta población absolutamente preocupante de hikikimoris japoneses y no japoneses.
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Tardan 5 años de media en arrancar los niños de su habitación, el esfuerzo de los padres es emocional más que otra cosa porque los niños salgan hacia fuera.
En occidente tiene tanta mala fama la adolescencia, pero en otros países no es así. Esto depende de lo que te exige la sociedad.
En occidente como la adolescencia no te exige practicamente nada, somos tremendamente comprensivos, porque nuestros adolecentes sabemos que lo están pasando mal, es un momento muy difícil.
Yo creo que no les hacemos ningún favor al decirles: olvidaros de todo, intentad pasarlo lo mejor que podáis dentro del mal trance que es esto. Entonces lo que están viendo es que mucho de estos niños se encierran, de los 14 a los 18 ó 19 años. Y los padres no empiezan a preocuparse hasta que el niño no es un pequeño adulto que ya lleva años de encierro. Y es tremendo y ¿qué se puede hacer?, pues yo creo que hay que cambiar nuestra forma de ayudar a los adolescentes a salir del mundo, yo creo que tienen mucho que dar.
Son edades en las que la inteligencia está desarrollándose a toda velocidad, que tienes muchos ideales, si te hablan de ideales. Pero si no te hablan de ideales, no te hacen trabajar tu cabeza, físicamente eres muy fuerte y muy resistente pero si no te ayudan a salir al mundo, a compartir eso con los demás, si te encierras en una burbuja de niños de tu edad y básicamente no tienes ningún tipo de responsabilidad de cara al resto del mundo, es fácil terminar pensando que el resto del mundo es un horror y que tú no encajas ahí y que no te interesa nada estar ahí ¿no?
Creo que tendremos que cambiar esta forma, tendremos que ayudar a nuestros jóvenes a encontrar su lugar en el mundo. Porque el mundo no es un horror, sino que es maravilloso, arriesgarse es maravilloso, tiene muchos momentos muy duros, naturalmente, nadie lo duda, tiene mucha injusticia, pero yo hasta cierto punto pienso que toda la injusticia que tiene, también es algo que tiene que alentar a las personas porque podemos hacer cosas para cambiarla, ¿no?, es decir, que al contrario, tendría que ser motivo casi de alegría de decir oye bueno, queda mucho por hacer.
No entiendo por qué a veces ves esta desmotivación y esta falta de responsabilidad, yo creo que eso te quita un poco las ganas de vivir, es lo que les pasa a los hikikimoris, no por favor, vivamos a mil por mil.
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