lunes, 29 de noviembre de 2010

Virginia Woolf y Don Quijote y Joyce

Virginia Woolf y Don Quijote
Séame permitido decir lo que pienso, mientras leo Don Quijote después de cenar. Principalmente que escribir era, en aquel entonces, contar historias para divertir a la gente que estaba sentada ante el fuego, sin otros medios con que divertirse. Están sentados, las mujeres con la rueca, los hombres contemplativos, y se les cuenta el alegre, fantástico y delicioso cuento, como si fueran niños grandes. Esto es lo que me parece el motivo de D. Q.: entretenernos, a toda costa. En la medida en que puedo juzgar, la belleza y el pensamiento surgen inconscientemente. Cervantes apenas era consciente de un serio significado, y apenas veía a D. Q. tal como nosotros le vemos. Realmente, ahí radica mi dificultad; la tristeza, la sátira, hasta qué punto es nuestra, hasta qué punto es involuntaria. ¿O acaso estos grandes personajes tienen la virtud de cambiar según sea la generación que los contempla? Reconozco que gran parte de la narración es aburrida, aunque no mucho, sólo al final del primer volumen, que está evidentemente contada a modo de una historia para entretener. Se dice poco, se recata mucho, como si el autor no hubiera deseado desarrollar aquella faceta; la escena de los galeotes es un ejemplo de lo que digo. ¿Sentía C. la íntegra belleza y tristeza de la escena, tal como yo la siento? He empleado dos veces la palabra “tristeza”.
Publicado por Ishtar Sylphide en 14:01 0 comentarios Enlaces a esta entrada
Virginia Woolf y Joyce
Así que ya ves, ella no desmerece a Joyce, reconoce su afán de innovación, tan sólo que dice que es egotista o que traza un muro con el libro y el yo. No sé cómo se podría entender mejor esto. Lo cierto es que para mí sólo fue soportable el Ulises en su parte final, que es algo más sensual o que juega con lo femenino, y no pude digerir bien el resto, porque me parecía demasiado cargado aunque la literatura no es mi especialidad.

De los textos que escojo de Virginia Woolf como ves no estoy poniendo estos en que hace crítica de libros, llega a hablar bien de Shakespeare, incluso de Cervantes pero con ciertas licencias de su estilo, que ella dice que es de contar historias, es incluso crítica con algunas damas escritoras de su tiempo. Pero no puedo hablar con demasiada autoridad, pues no tengo tantas lecturas. De todas formas, me impresiona la forma cómo tienes de hacer siempre las críticas de los autores. Creo que esto no te hace ningún favor respecto a Virginia Woolf, pues al empequeñecerla con un pequeño texto de juventud literaria (digamos que ella tiene unos 35), te empequeñeces a ti mismo. Pero no me extraña, hace ya mucho tiempo que has perdido la vergüenza aquí en libro de arena.

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