jueves, 30 de diciembre de 2010

el estoicismo

Nacido en Chipre, Zenón, padre del estoicismo, era un fenicio helenizado que hasta el fin de su vida conservó su calidad de meteco. Antístenes, fundador de la escuela cínica (cuya versión mejorada o deformada, como se prefiera, es el estoicismo), nació en Atenas de madre tracia. Es evidente que hay algo de no griego en estas doctrinas, un estilo de pensamiento y de vida procedente de otros horizontes. Podría sostenerse que todo lo que atrae y repele en una civilización avanzada es producto de los recién llegados, de los inmigrantes, de los marginados ávidos de deslumbrar..., de un hampa refinada.
 

Die Zauberflöte -Pamina -"Ach, ich fühl's", The magic flute-Pamina - " Oh, I feel it " 
Con la llegada del cristianismo, el sabio dejó de ser un ejemplo; en su lugar comenzó a venerarse al santo, variedad convulsiva de aquél y por ello más accesible a las masas.

A pesar de su difusión y de su prestigio, el estoicismo continuó siendo el privilegio de los refinados, la ética de los patricios. Desaparecidos éstos, tenía que desaparecer él también. El culto de la sabiduría iba a eclipsarse por mucho tiempo, casi podría decirse que para siempre. En cualquier caso, no se encuentra en ninguno de los sistemas modernos, todos ellos concebidos no tanto por anti-sabios como por no-sabios.

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no me dolieron prendas con Protágoras cuando tuve que darle la razí³n y hasta con Gorgias discutiera amablemente. 

Y en fin con los sofistas alcancé todaví­a a compatir el júbilo de una época en que la razí³n podí­a aspirar a erigirse en guí­a de la actuacií³n polí­tica de nuestros ciudadanos. 

Pero la enriquecedora diversidad que la razí³n habí­a venido alimentando pasí³ a degenerar en una despiadada guerra de todos contra todos, dentro de la que la razí³n pronto perdií³ el papel de guí­a para tornarse un instrumento al servicio del éxito. 

Tal vez llevemos mucho tiempo con el rumbo perdido, y ciertos rituales mí­sticos me recuerdan también ciertos abusos cometidos por la edad media, especialista en el refinamiento culto de la palabra y sus ritos mágicos. 

La razí³n no tiene desde luego esperanza, vendida al mejor postor, como se halla, confí­emos no en un rumbo lejano necesariamente, sino en ciertas enseñanzas que son parecidas a ese mundo anterior, en que nace la razí³n. Le mando besos también. 

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